EL RELEVISTA | Medias Rojas renunciaron a ser competitivos en la MLB por varios años
Por Gonzalo Rodríguez Crespo
Andrew Benintendi no era la estrella en el roster de los Medias Rojas de Boston, pero su cambio a los Reales por básicamente jugadores de ligas menores es la confirmación de que renunciaron a competir en la temporada 2021 de la MLB. Hoy en día, los otrora campeones de 2018, lucen como un equipo disminuido, débil en pitcheo abridor, unidimensionales en su ofensiva y muy por detrás de sus archirrivales Yankees de Nueva York, los Rays de Tampa Bay o los Azulejos de Toronto.
¿Quiere decir esto que los Patirrojos están a la par de los Orioles de Baltimore, el peor equipo de la División Este de la Liga Americana en los pasados dos años? No, no tanto así. Pero si siguen cambiando sus activos por piezas para las granjas es una clara declaración de que el objetivo más importante para la gerencia no es la Serie Mundial sino la reconstrucción.
Reconstrucción es una palabra que suena duro para cualquier seguidor de un equipo de béisbol. Especialmente en las mayores y con los Medias Rojas, acostumbrados a ser uno de los más poderosos de la industria en las dos décadas más recientes. Pero la realidad apunta a eso y vendrán tiempos fríos.
Chaim Bloom, Jefe de la Oficina de Béisbol de los Medias Rojas, salió rápido a aclarar que salir de Benintendi, el único outfielder regular que quedaba en la nómina del equipo que ganó el campeonato hace tres años, fue una "decisión difícil". Pero inmediatamente reveló que era una "oportunidad" de alcanzar "profundidad en varios departamentos".
Se entiende que lo de "oportunidad" es para Bloom no más que el chance de sumar peloteros sin tener que gastar un dólar en firmas. Y es por ahí donde van los tiros con la organización.
Tras las firmas de grandes contratos con Chris Sale, Xander Bogaerts y J.D. Martínez, en los Medias Rojas se cerró el grifo de los dólares para atraer a alguna estrella de la agencia libre. Ni siquiera hicieron algún amague por figuras como Trevor Bauer o George Springer, por solo citar dos, que estaban hasta hace pocas semanas en el mercado.
Se nota que el norte es hacer un gasto más racional de los dólares y confiar en que surja una estrella de las granjas. Con Mookie Betts ya tuvieron algo parecido desde el año 2014. Sin embargo, esas son oportunidades que ocurren entre lapsos de tiempo muy largos.
Las señales son claras. Hoy no tienen como aspiración competir ni siquiera por el banderín. No es ilógico pensar que vienen quizás un par de zafras en las que se van a dedicar a solidificar su núcleo de jugadores, esperar por los frutos que de su sistema de prospectos y el fin de alzar nuevamente un trofeo de Serie Mundial quedó para el futuro. Solo el tiempo dirá si les sale bien la apuesta.