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¿Cometieron un error los Medias Rojas de Boston al cambiar a Rafael Devers a los Gigantes?

No se ha calmado la conmoción que generó el reporte del traspaso del dominicano al equipo de San Francisco y muchos analistas tratan de explicar las implicaciones del movimiento para los Medias Rojas. ¿Se equivocaron?
Boston causó impacto con el cambio de Rafael Devers
Boston causó impacto con el cambio de Rafael Devers | Maddie Malhotra/Boston Red Sox/GettyImages

No es usual ver a un equipo de MLB desprenderse de su máxima figura, mucho menos cuando está apenas al principio de un contrato multianual e histórico. Y eso fue justamente lo que hicieron los Medias Rojas de Boston este domingo.

Los seguidores del equipo de Nueva Inglaterra todavía no salen de su asombro al confirmar que ya no verán a Rafael Devers vestir el uniforme de la única escuadra a la que había pertenecido desde su firma como profesional y sobre todo de que lo entregaran por un retorno poco deslumbrante: un lanzador lesionado, otro que enviaron enseguida a Triple A, un prospecto top y un rookie de 20 años de edad.

La noticia del cambio del dominicano a los Gigantes de San Francisco sigue resonando en las Grandes Ligas, mientras los analistas tratan de explicar la decisión del alto mando de los patirrojos y también de conocer las implicaciones que tendrá esta decisión.

De momento, los fanáticos de los Medias Rojas siguen en shock y muchos creen revivir el doloroso momento en el que el conjunto envió a su MVP, Mookie Betts, a los Dodgers en 2020, mientras intentan dilucidar si la salida del dominicano es un acierto o el peor error de la franquicia.

Si bien el traspaso a San Francisco causó impacto, no fue estrictamente una sorpresa. La mesa para una decisión así estaba servida desde hace semanas, cuando Devers protagonizó la segunda controversia con el alto mando desde la primavera y se reiniciaron los rumores de su eventual salida.

Primero hizo ruido en la pretemporada su negativa a cederle la tercera base al recién firmado Alex Bregman para asumir el rol de bateador designado y más tarde fue todavía peor el escándalo cuando rechazó ser el sustituto del lesionado Triston Casas en la inicial. Lo peor tal vez fue decir públicamente que el gerente Craig Breslow “debe hacer su trabajo y buscar a alguien el mercado”. Tan grave fue el incidente, que requirió una reunión de emergencia con el propietario de la organización.

Con el paso de los días y la mejoría notable de Devers en su rendimiento ofensivo, el impasse parecía haberse olvidado, pero todo apunta a que fue el origen de su intempestiva salida. Ahora que es un hecho su desvinculación, queda repasar todos los elementos que desembocaron en esta realidad y será el tiempo el que determine si fue una decisión acertada.

Se dice que en el alto mando quedó la molestia de saber que Devers no estaba dispuesto a hacer todo lo que pudiera por el beneficio del equipo y que sus palabras generaron rechazo entre algunos de sus compañeros. Si el ambiente se enrareció al punto de que su presencia en el vestuario era insostenible, esta fue la mejor resolución que pudo tomar Boston y un recordatorio de que ningún jugador –ni siquiera una superestrella- puede estar por encima de la organización.

Se sabe que es un golpe duro deportivamente por su significado para la afición y su aporte invaluable para la ofensiva del equipo y también habrá un impacto a nivel de mercadeo. Hablamos de un jugador que recibió en 2023 la extensión de contrato más alta en la historia de la franquicia (313.3 millones de dólares por 11 años), que era el principal referente ofensivo y que estaba llamado a ser el rostro de la organización por muchos años.

Ahora toca ver si bajan los brazos y se decreta una reestructuración del equipo con base en los jóvenes Marcelo Mayer, Roman Anthony y Kristian Campbell, mientras disfrutan del desahogo de la nómina por desprenderse de los más de 250 millones de dólares que se le adeudaban al quisqueyano.

Pero de cualquier manera el cambio de Devers a los Gigantes envía un mensaje que puede ser perjudicial para esos talentos emergentes: ¿tendrán esperanzas de recibir una extensión? o peor aún ¿querrán recibirla sin garantías de que terminarán el contrato en el equipo?

Pero no son esas las únicas interrogantes, también hay que pensar si los Medias Rojas conseguirán reponerse rápido de este cambio y todo lo que lo rodeó -sobre todo ahora que el equipo parecía empezar a reaccionar- y volver a ser un equipo competitivo, o si están listos para lidiar con la reacción de la afición. Lo único cierto es que vienen días complicados para los Medias Rojas y que no se ha escrito el último capítulo de esta historia.