Ben Rice ha sido uno de los grandes valores ofensivos de los Yankees de Nueva York en el primer mes de temporada regular.
Efectivamente, el joven inicialista y bateador designado está siendo factor con su madero dentro de unos Bombarderos del Bronx que lideran la mayoría de los departamentos ofensivos de la Liga Americana y comandan la División Este de dicho circuito, encima de, entre otros, Medias Rojas de Boston y Azulejos de Toronto, dos equipos que invirtieron un buen dinero en refuerzos para el 2025.
Rice marcha segundo en los Yankees en los departamentos de jonrones (6), porcentaje de embasado (.391) y slugging (.590), sólo por detrás del doble MVP de la Liga Americana y capitán del club, Aaron Judge, en una muestra del impacto generado en ofensiva en sus 23 desafíos disputados en el curso actual.
Pero el potencial del cañonero de 25 años siempre ha sido muy valorado por gerencia y cuerpo técnico de los Mulos, tanto que en 2024, meses después de ser considerado uno de los 10 mejores prospectos de MLB, se estrenó con el popular uniforme.
Pues la extendida lesión que sufrió en junio el entonces primera base titular, Anthony Rizzo, propició que el manager Aaron Boone subiera a un Rice quien totalizó 152 apariciones al plato en 50 encuentros, con pobres .171 de promedio y .264 de OBP, pero sacando siete cuadrangulares y empujando 23 carreras.
Ya una vez acabó la Serie Mundial, los Yankees se plantearon la posibilidad de otorgar al toletero zurdo la titularidad en la inicial para la presente contienda; no obstante, prefirieron firmar a finales de diciembre al ex MVP, Paul Goldschmidt, a cambio de una temporada y 12 millones de dólares.