LeBron James no sólo ha construido una carrera legendaria en la NBA; también ha amasado una fortuna estimada en 1.200 millones de dólares, aunado a lograr hitos únicos como compartir la duela con su propio hijo en un partido oficial. Sin embargo, su grandeza conlleva un peso: ser constantemente comparado con otras leyendas del baloncesto, en especial Michael Jordan en esa intangible carrera por el GOAT.
La eterna discusión sobre quién es el mejor de todos los tiempos rara vez omite el conteo de campeonatos. En ese contexto, la "cultura del anillo" ha sido una tónica en el debate que enfrenta al Rey con MJ. Mientras el mítico ex escolta acumuló seis anillos en igual número de Finales, el hoy alero de Los Angeles Lakers cuenta con cuatro en 10 apariciones en batallas decisivas, lo que para muchos se convierte en el argumento decisivo.
De ese modo, LeBron abordó directamente dicho tema en su reciente aparición en el podcast "Mind The Game" que ahora conduce junto al miembro del Salón de la Fama, Steve Nash. Al ser consultado sobre el origen de esta obsesión por los campeonatos conseguidos, King James se mostró reflexivo y desconcertado: "No sé la respuesta. Ojalá la tuviera, pero no estoy seguro. Es curioso. No sé por qué eso es lo más importante en nuestro deporte".
Las palabras del seleccionado a 21 All Star reflejan su incomodidad con una narrativa que, a menudo, minimiza otros logros individuales y colectivos, ya que más allá de sus cuatro anillos, con cuatro MVP en Finales, su impacto en la duela, longevidad, versatilidad y liderazgo son innegables y pocas veces visto.
Es evidente que el debate sobre quién es el número 1 continuará durante bastantes años más, pero LBJ invita a replantear los criterios con los que se mide la grandeza, dado que en una competición tan rica en historia como la NBA, tal vez sea hora de ir más allá de la cantidad de Trofeos Larry O'Brien.