¿Deben los Padres cambiar a Manny Machado para bajar el costo de su nómina y armar un mejor equipo?
Por Mariana Moreno
Hace un par de temporadas, cuando Manny Machado fue finalista al MVP de la Liga Nacional y amenazó con salirse de su contrato, la gerencia de los Padres de San Diego entendió que el éxito de sus planes pasaba por retener al dominicano y le dio una extensión multimillonaria.
Ahora podrían estar pensando si fue lo más conveniente. En la organización atraviesan momentos difíciles y su bajo perfil en este receso de campaña de MLB podría deberse a un replanteamiento de la estrategia.
El periodista del San Diego Union-Tribune, Kevin Acee, dice que San Diego ha considerado la idea de cambiar a algunas de sus estrellas de Grandes Ligas para reducir la nómina y buscar talentos más asequibles.
Algunos piensan que el de Machado puede ser uno de los nombres en la lista de candidatos a ser transferidos, sobre todo a causa de ese convenio de 11 años y 350 millones de dólares por el que todavía se le adeuda el pago de $315.8 millones hasta 2033.
Enviarlo a otra organización le quitaría un gran peso a la nómina, pero no será sencillo conseguir a un equipo que quiera heredar ese compromiso. Ni siquiera un conjunto de mercado grande y finanzas sólidas como los Yankees de Nueva York, necesitados de un tercera base, se atreverían a asumir ese monto.
Para cualquier escuadra sería una gran adición, pues hablamos de un jugador seis veces All Star, ganador de dos Guantes de Oro y dos Bates de Plata con 13 años de experiencia en las Grandes Ligas, incluyendo 13 series de playoffs.
En 2024 tuvo una línea ofensiva de .275/.325/.472, con OPS de .797, 29 jonrones, 30 dobles y 105 carreras impulsadas. Defensivamente volvió a jugar en la antesala a su máximo nivel tras superar una dolencia en el hombro que le había tenido limitado en años anteriores.
En San Diego tienen un lineup de estrellas, pero Machado es el gran referente del conjunto y ha quedado demostrado en varias ocasiones que el grupo marcha a su ritmo. Enviarlo a otro lugar puede significar la renuncia a las posibilidades de ser competitivos y es lo primero que deben considerar.
Por otro lado están los obstáculos que conlleva el escenario de un posible cambio. Machado tiene 32 años de edad y contrato garantizado hasta los 40, con todos los riesgos que eso implica, más allá del aspecto financiero. El pacto, además, le da derecho de vetar cualquier transacción.
Al necesitar su aprobación se da por sentado que no aceptará ir sino a equipos con opción de competir en postemporada y eso, además de los más de 300 millones de dólares que costaría y el elevado retorno que supondrá la negociación, hace que luzca cuesta arriba la factibilidad de que Machado sea cambiado.