Miguel Navarro, lateral izquierdo de la selección de Venezuela y de Talleres de Argentina, vivió la peor noche de su carrera, tras ser insultado de forma xenofóbica por Damián Bobadilla, volante del Sao Paulo, en la victoria del cuadro paulista 2-1 en la Copa Libertadores.
Casi al final del partido, Navarro se le acercó al árbitro con lágrimas en el rostro, para acusar al jugador de la selección de Paraguay. Después del partido, se conoció que al lateral izquierdo le dijeron "venezolano muerto de hambre", y por eso quiso abandonar la cancha.
Su equipo no tenía más cambios y por eso no dejó el engramado, pero se notó su frustración y denunció la acción del jugador guaraní ante los medios de comunicación tras el partido.
"Cuando San Pablo hace el segundo, yo le digo al árbitro de apurar el reinicio del juego. Ahí viene Bobadilla y me dice 'ustedes siempre hacen tiempo'. Entonces, yo le digo: '¡Qué tiempo! Si ustedes van ganando. Ahí me dice 'venezolano muerto de hambre'. Yo quise salir, pero no teníamos más sustituciones, y por el trabajo que hacen mis compañeros yo no quería dejarlos con un jugador menos. Yo espero que se haga justicia, esto no puede seguir pasando. No hablé mucho con el árbitro, me decía que no había escuchado lo que Bobadilla había dicho", explicó Navarro.
"Él quiso venir a pedirme disculpas, pero yo no acepté, son cosas que no pueden pasar, juraba por su vida que no había dicho nada", añadió.
Bobadilla tiene un compañero venezolano, que es el central Nahuel Ferraresi, compañero de Navarro en la selección Vinotinto. Venezuela vive desde hace varios años una crisis humanitaria, por la que más de 5 millones de personas han tenido que emigrar en busca de un futuro mejor.