Alex Bregman se tardó en firmar en la agencia libre de MLB, pero cuando se supo que su equipo serían los Medias Rojas de Boston hubo festejo.
Fue la gran contratación de una gerencia que hizo movimientos interesantes durante el invierno tratando de construir un equipo ganador, uno que cortara la racha de tres temporadas seguidas quedando fuera de la fiesta de los playoffs de Grandes Ligas.
Había razones para ser optimistas, pues Bregman es una súepr estrella. Un ganador del Guante de Oro y el Bate de Plata, dueño de dos anillos de Serie Mundial y dos veces invitado al Juego de Estrellas.
Sin embargo no todo salió de acuerdo con el guion. Tras la celebración vino la polémica cuando Rafael Devers se negó a cederle la tercera base. Bregman terminó quedándose en su posición de toda la vida y no sólo le dio a la defensa la estabilidad que tanto ansiaba el manager Alex Cora, sino que también estuvo rindiendo hasta que se lesionó el 23 de mayo.
Su distensión en el cuádriceps podría tenerlo fuera por varias semanas porque si bien ha avanzado más de lo que esperaba en su recuperación y comenzó un programa de correr, todavía no tiene una fecha para regresar al campo.
Su ausencia ha agravado la crisis de los Medias Rojas, que se sumieron en una racha de derrotas que los envió al penúltimo lugar de la tabla y les ha costado recuperarse. Por eso muchos se preguntan si fue un buen negocio el contrato de 120 millones de dólares por tres años del que puede salirse al final de esta zafra para regresar al mercado abierto.
Pero no debe haber dudas. Independientemente de cómo resulten las cosas para los Medias Rojas, firmar a Bregman fue una decisión acertada. En Boston necesitaban fichar a una estrella, mejorar la defensa de la tercera base y también ayuda para la producción de carreras y durante el slump de Rafael Devers fue quien cargó con la ofensiva del equipo.
Hasta su inscripción en la lista de lesionados, Bregman tenía números de .299/.385/.553,OPS de .938, 11 jonrones, 17 dobles y 35 carreras impulsadas en 51 partidos por lo que es comprensible que el grupo haya resentido su ausencia.
Fue una buena decisión firmarlo, pero es pronto para asevera de forma terminante si fue un buen negocio porque todavía podría volver a tiempo para encaminar a los patirrojos a la clasificación y esta discusión dejaría de tener sentido.
Lo que sí se puede destacar es un elemento que deja abierta la duda y es la cláusula que le permite salirse del contrato y que posiblemente los prive de tener su presencia a largo plazo, algo que hubiera hecho mayor diferencia.