¿Por qué los Medias Rojas de Boston no pueden cambiar a Rafael Devers?

Rafael Devers hará por fin su debut en la Liga de la Toronja como bateador designado, mientras en MLB se está esperando con impaciencia saber cuál será su rol durante la temporada.

El dominicano ha sido noticia en los campamentos primaverales de Grandes Ligas por su negativa a mudarse de la tercera base con la llegada a los Medias Rojas de Boston de Alex Bregman, un ganador del Guante de Oro.

Esa postura inflexible de Devers de no aceptar la mudanza a la primera base o el rol de bateador designado que ha dispuesto el equipo ha levantado una ola de rumores y especulaciones y uno de los escenarios que se ha planteado es que consideren cambiarlo.

Sin embargo, eso difícilmente sucedería por varias razones. Una de ellas es su peso como líder del grupo. Devers es la máxima figura de los Medias Rojas, el rostro de la organización y sólo por eso ya es complicado desprenderse del infielder.

Devers -dos veces All Star y ganador de dos Bates de Plata- es el máximo referente ofensivo en la alineación del manager Alex Cora y se encamina a entrar en los lideratos de todos los tiempos de la franquicia en varios departamentos. Por ejemplo, con 10 cuadrangulares más desplazará a Rico Petrocelli en el top 10 histórico de jonroneros de los Medias Rojas.

Luego está su contrato, que aunque no tiene una cláusula que vete transferencias, por su alto valor se convierte en un obstáculo para cerrar un acuerdo con otra escuadra.

El jugador de 28 años de edad está apenas en la segunda temporada de un pacto garantizado hasta 2043, por el que se le adeuda una cantidad de 284 millones de dólares. Además, está estipulado el pago de $2 millones si lo traspasan.

Con sus problemas defensivos (ha liderado la Liga Americana en errores consecutivamente desde 2018) y la tendencia a lesionarse los hombros que ha mostrado en los últimos años, este monto se ha hace cuestionable para los equipos que pretendieran adquirirlo, más allá del alto costo en prospectos que representaría la negociación.

En el equipo de Boston tendrán que manejar la situación con inteligencia, porque es prácticamente imposible que consigan salir de Devers en un cambio si las cosas se salen de sus manos.