¿Por qué Rod Carew no fue elegido unánime al Salón de la Fama del Béisbol de MLB?
Por Mariana Moreno
Rod Carew tenía talento, pero lo que lo hizo una estrella en MLB fue su disciplina. La misma que lo llevó a ganar siete títulos de bateo y revertir un diagnóstico médico que lo incapacitaba para seguir jugando béisbol.
El nombre del infielder panameño inspira veneración en el mundo de las Grandes Ligas por todo lo que logró dentro del campo y también por su personalidad y sus buenos actos fuera de él. Se le conoce por sus contribuciones a la comunidad que le hicieron ganar el Premio Roberto Clemente en 1977.
Por eso se celebró que, con justicia, Carew fuera admitido al Salón de la Fama en su primera aparición en las boletas. Desde 1991 tiene su placa como premio a una carrera de 19 años que fue sobresaliente, pero que vio descender un poco su nivel con el paso del tiempo.
“Cuando fui elegido en la primera oportunidad, recuerdo que Bobby Doerr dijo: 'Bienvenidos a la fraternidad más grande del mundo'”, dijo Carew al portal del Salón de la Fama. “Y tiene razón”.
El panameño fue el primer pelotero de su país en entrar a Cooperstown. Es, también, uno de apenas cinco jugadores en la historia de MLB en ganar al menos siete coronas de bateo. Fue Novato del Año, MVP de la temporada de 1977 y 18 veces All Star.
Dio 3.053 hits, sumó cuatro campañas de al menos 200 imparables y su average vitalicio es de .328. Pero a pesar de todos sus méritos, no estuvo cerca de la unanimidad en la votación para el Salón de la Fama. Tal vez porque no ganó otros premios individuales o conquistó una Serie Mundial.
Carew, una figura legendaria para los Mellizos de Minnesota (allí jugó 12 de sus 19 temporadas en las mayores, el resto con los Angelinos), aseguró su exaltación cuando recibió el 90.5% de los votos de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos (BBWAA).