3 jugadores que deberían recibir más reconocimiento por su aporte en los títulos del Heat
Por Miguel Bonilla
El Miami Heat logró reunir en 2010 a tres de las máximas estrellas de la NBA, ya que además de la presencia de Dwyane Wade, lograron sumar a LeBron James y Chris Bosh. No tardaría mucho para que este equipo cosechara éxitos y se convirtiera en uno de los conjuntos más dominantes de dicha generación.
Por supuesto el trío de lujo se llevó las miradas de los aficionados y serían los mayores responsables de los dos campeonatos obtenidos de manera consecutiva por la organización, sin embargo varios jugadores de rol tuvieron un papel fundamental en la consecución de los campeonatos.
El primero de ellos es Mario Chalmers, quien fungió como base armador del equipo y quien en la rotación del equipo tuvo que ser el líder en muchas ocasiones del grupo de emergentes, controlando el trámite de los juegos y siendo inclusive un factor ofensivo. En especial en Las Finales de 2012, logró explotar en el juego 5 y ser uno de los líderes de la organización. "Ese chico no le tiene miedo a nada. No puedes enseñar eso", resaltó el entrenador Erik Spoelstra en su momento.
Otro jugador que tuvo un rol muy importante fue Mike Miller, un alero que luchaba con todo tipo de problemas físicos durante los playoffs de 2012, pero quien tuvo el momento más importante de su carrera en el definitivo juego 5 de Las Finales con siete triples en ocho intentos desde la banca. Su particular estilo de juego lo hizo exponerse a todo tipo de choques y jugadas de mucha exigencia física, pero estuvo a la altura del juego y logró erguirse como un jugador fundamental.
Finalmente y no menos importante, está el veterano Ray Allen, quien en el ocaso de su carrera se sumó al Heat con el objetivo de ser el jugador que diera valor agregado al equipo en base a su experiencia y capacidad de anotar detrás del arco. Su papel en Las Finales de 2013 fue bastante notable, siendo el cuarto anotador del equipo y en especial siendo un factor durante momentos importantes, como lo fue su legendario triple en el sexto juego.