3 razones por las que Carlos Correa debió ganar el Guante de Oro sobre Anthony Volpe
Por Pedro Moreira
Anthony Volpe levantó en su primera campaña completa en la MLB el Guante de Oro como el mejor campocorto defensivo de la Liga Americana. Sin embargo, hay razones que defienden la teoría de que el premio lo debió ganar Carlos Correa, figura de los Mellizos de Minnesota.
Obviamente el impulso mediático de un equipo como los Yankees de Nueva York ayudó a Volpe, sobre todo por su juventud y por adueñarse de una posición tan histórica en el equipo del Bronx como la del campocorto.
Sin embargo, Correa mereció ganar el premio. Repasamos algunas de estas razones.
1. Errores cometidos
Correa estuvo impecable en su defensa del campocorto. El boricua apenas cometió 6 errores en 1144.1 innings en la posición, con 450 chances, 278 asistencias, 56 doble matanzas. Volpe, por su parte, aunque jugó más episodios con 1346.2, cometió 17 errores. Esto no fue considerado por los votantes, quienes prefirieron darle el galardón a Volpe. Volpe pudo dar la campanada y hacerse con el premio en su año de novato con los Yankees, tal y como lo predijo el manager Aaron Boone.
2. La influencia de Correa
Con la seguridad de su guante, Correa fue parte de un equipo que ganó su división sin problemas, con un récord de 87-75. Ayudó obviamente en el plano ofensivo, pero manejó como un líder la línea central de los Mellizos. Por su parte, Volpe y los Yankees se quedaron fuera de los playoffs por primera vez desde 2016 y estuvieron en buena parte de la campaña como el último equipo de su división. Factor que tampoco los votantes tomaron en cuenta.
3. Correa ganó el premio en 2021
Quizás el Guante de Oro que consiguió en 2021 como miembro de los Astros de Houston hizo que los votantes se inclinaran más por Volpe como nueva figura estadounidense de la posición 6. Sin embargo, por los números que dejó, por la influencia de Correa y por su liderazgo todo indica que el justo ganador debió ser el veterano boricua y no el novato de los Yankees de Nueva York.