Antonio Brown desperdició lo que pudo ser una carrera legendaria en la NFL
Por Miguel Bonilla
En 2010 debutó en la NFL el receptor abierto Antonio Brown, quien con el paso de los años demostró ser uno de los jugadores más talentosos de su generación, pero también una figura muy polémica, siendo esto último lo que desafortunadamente ha empañado su trayectoria.
Si bien no llegó a la liga como una estrella, siendo elegido por los Pittsburgh Steelers en la sexta ronda del NFL Draft 2010, fue una de las grandes sorpresas de la liga en 2011, convirtiéndose en jugador de Pro Bowl luego de registrar 1.108 yardas en 16 juegos disputados.
Su carrera continuó en alza, sumando cinco selecciones seguidas al Juego de Estrellas y cuatro al equipo ideal de la NFL. Logró promediar en ese lapso 1.530 yardas y 13.4 anotaciones por campaña, resaltando no solo como el mejor receptor de la liga, sino que previendo lo que podría ser una carrera digna del Salón de la Fama.
Pero todo comenzó a ir cuesta abajo a partir de sus fallidas negociaciones con los Steelers para renovar en 2018, chocando con sus directivos, viéndose además involucrado en problemas de exceso de velocidad y en un incidente en el que casi lastima a un menor de edad tras lanzar un mueble desde un piso 14.
Finalmente terminó llegando a un acuerdo con los Oakland Raiders, pero las cosas tampoco irían bien allí, ya que tras todo tipo de conflictos disciplinarios terminó exigiendo su salida de la organización sin siquiera jugar un minuto allí.
Luego de mucha especulación fue firmado por los New England Patriots para ser una de las armas a la ofensiva de Tom Brady, registrando su primera anotación con el equipo en su primer juego disputado y dando a entender que se encontraba en una excelente forma física.
Sin embargo, su historia con los Pats sería muy corta, luego de que se revelaran múltiples acusaciones en su contra por abuso y asalto sexual, razón por la que sería despedido del equipo y posteriormente sancionado por parte de la NFL, mientras avanzaba la investigación.
Luego de más problemas legales por cargos de daño a propiedad ajena y asalto, fue condenado a dos años en libertad condicional, además de tener que cumplir 100 horas de servicio comunitario y una serie de sesiones psicológicas para evaluar su condición mental.
A pesar de todo y gracias a continuar entrenándose a un alto nivel, recibió una oportunidad para jugar con los Tampa Bay Buccaneers en octubre de 2020, demostrando que su talento y capacidad física se mantenían a un nivel productivo para la liga.
Registró 483 yardas y 4 anotaciones, siendo además fundamental en la postemporada camino al campeonato de los liderados por Tom Brady, incluso anotando uno de los touchdowns con los que ganaron el Super Bowl LV.
Pero la situación no cambia para Brown desde lo personal, ya que una vez más está involucrado en una bochornosa situación tras usar un registro de vacunación falso contra el COVID-19, entrando de nuevo al ojo del huracán y opacando su labor como deportista.
Con más de 12.000 yardas y 83 anotaciones por aire en su carrera, su nombre debería ser digno de respeto, pero el mismísimo Brown se encargó de sepultar su reputación e independiente de lo que haya hecho como jugador, su potencial como uno de los mejores receptores quedará en el olvido.