Astros de Houston están callando bocas y limpiando su imagen de tramposos en el 2020
Por Mariana Moreno
Desde febrero, antes incluso de que la pandemia de COVID-19 cambiara todos los planes para la temporada de la MLB, los jugadores de los Astros de Houston lo habían advertido. Venían a callar bocas.
“Vamos a salir a jugar, vamos a ganarles a todos y los vamos a callar uno por uno", dijo Josh Reddick, harto de los constantes señalamientos y críticas por el escándalo del robo de señas que ensombreció la imagen de este talentoso grupo.
La temporada regular fue complicada por varias lesiones y el bajón ofensivo de algunas figuras clave, como el venezolano José Altuve.
Clasificaron a los playoffs con lo justo (Houston fue uno de dos equipos clasificados con récord negativo) y de ahí en adelante la tropa de Dusty Baker se transformó.
Carlos Correa no ha hecho más que batear, Altuve despertó, George Springer ha aportado y el veterano Baker ha movido sus piezas con inteligencia para tumbar a dos equipos favoritos: Mellizos de Minnesota y Atléticos de Oakland.
Ahora los siderales están a un paso de asistir a su tercera Serie Mundial en cuatro años, tras levantar una desventaja de 0-3 en la Serie de Campeonato de la Liga Americana ante otro equipo con credenciales de favorito, los Rays de Tampa Bay.
Cuando sacaron a los Mellizos del camino, el puertorriqueño Correa, que ha visto aumentar su liderazgo en el club, pidió respeto para el equipo. Y se lo han ganado.
A pesar del escándalo que los envolvió, los Astros se empeñaron en limpiar su imagen y lo están consiguiendo, independientemente de que se lleven el triunfo en el juego decisivo ante los Rays.
Ha sido un camino largo el que emprendieron los Astros para limpiar su honor, pero lograron demostrar que siguen siendo un equipo de temer, sin artificios ni atajos.
Han dado pelea limpiamente y eso, aunque no levanten de nuevo el trofeo de Serie Mundial, les ha permitido lavar su imagen.