La ceremonia de exaltación de Adrián Beltré al Salón de la Fama de la MLB
Adrián Beltré fue este domingo el protagonista de la exaltación del Salón de la Fama de la MLB, templo que también recibió a Joe Mauer, Todd Helton y Jim Leyland. El dominicano dio sentido a su discurso con el que se abre camino a la inmortalidad con su orgullo de ser latino, hablando 100% en español y agradeciendo a todas las personas que hicieron posible su llegada a Cooperstown.
Recuérdese que Beltré lideró los escrutinios en su primera aparición en las boletas con un 95.1%, Helton llegó segundo con un 79.7% y Mauer obtuvo el 76.1% de las preferencias. Leyland, por su parte, fue elegido por el Comité de la Era Contemporánea.
"¡Cómo está mi gente latina!", comenzó Beltré su discurso. "Gracias a la comunidad latina. Gracias a mis suegros por la ayuda y el apoyo. Gracias a mi República Dominicana por el apoyo que he tenido. Siempre estaré orgulloso de ser dominicano. Gracias a mis padres y mi hermano por demostrarme que el esfuerzo y el sacrificio valen la pena. Eso me ayudó a lograr mis sueños", prosiguió.
Beltré se montó en el púlpito después que David Ortiz, también inmortal, le tocara la cabeza en tono de broma, sabiendo que eso le molestó durante toda su carrera en las mayores.
"Estoy orgulloso de ser un latino más electo al Salón de la Fama y el quinto dominicano en lograrlo después de Juan Marichal, Pedro Martínez, Vladimir Guerrero y David Ortiz. Es un honor. Mi gente latina, los llevaré siempre en mi corazón. Muchísimas gracias", finalizó.
Beltré se despidió de las Grandes Ligas con 3.166 hits, 477 jonrones, 1.524 anotadas, 1.707 remolcadas y .819 de OPS vitalicio. Además ganó 4 Bates de Plata, 5 Guantes de Oro, 2 Guantes de Platino y 4 invitaciones al Juego de Estrellas, pero nunca pudo ser campeón en la gran carpa. Su votación es una de más altas en la historia de las Grandes Ligas y que no haya podido colocarse un anillo seguramente jugó en su contra en su camino a ser el segundo seleccionado de forma unánime.
“Todo en la vida tiene un sacrificio, y no es fácil. Pero en realidad, mi situación no fue tan difícil, porque yo simplemente estaba jugando el deporte que adoraba. Me dio la vida de poder proveer para mi familia, por el deporte que amo”, sentenció Beltré a MLB.com.