Chris Sale ha sido un acierto de la gerencia de los Medias Rojas a pesar de sus lesiones
Por Mariana Moreno
En el invierno de 2016 los Medias Rojas de Boston dieron un gran golpe al hacerse con los servicios de Chris Sale. Y hasta el gerente de los Yankees de Nueva York tuvo que reconocer el gran trabajo de la oficina de sus rivales.
No era para menos. Con él lograron conformar una rotación realmente temible en las Grandes Ligas, junto a David Price, Rick Porcello, Stephen Wright y Drew Pomeranz.
Tuvieron que pagar un alto precio, lo obtuvieron de los Medias Blancas de Chicago a cambio de los que entonces eran dos de sus mejores prosectos: Yan Moncada y Michael Kopech, además de Luis Basabe y Víctor Díaz.
El veterano, ahora de 30 años de edad, ha valido cada centavo de los 160 millones de dólares de sus seis años de contrato (iba por el segundo).
Ciertamente Sale fue el gran líder del pitcheo de los Medias Rojas, al menos en sus dos primeros años con el equipo, la última temporada fue un desastre en cuanto a sus estadísticas y terminó antes por una lesión.
Ahora, cuando llegaba con ganas de reivindicarse, sufre otro contratiempo con esta cirugía Tommy John a la que debe someterse en el codo y que le dejará fuera toda la temporada.
A pesar de eso ha sido una gran inversión para el equipo. En sus tres temporadas con esta camiseta ha tenido record de 35-23 con una buena efectividad de 3.08 (a pesar del alarmante 6-11 y 4.40 de 2019) y 763 ponches en 519.2 innings.
Su peso en el equipo es invaluable. Así lo dejó claro el jefe de operaciones deportivas de Boston, Chaim Bloom, al anunciar que no contarán con él en 2020.
"Chris es el tipo de jugador al que no se puede reemplazar. Es un pelotero de elite. Si no está disponible para nosotros, ello representa un golpe", admitió.