Ronda Rousey hizo historia el sábado al vencer a Charlotte Flair en su primera participación en el Royal Rumble. La ex campeona no estaba en un evento de la WWE desde abril de 2019, año en el que decidió retirarse de manera voluntaria por asuntos familiares.
Sin embargo, el triunfo de Rousey ante más de 44.000 fanáticos que se dieron cita en el The Dome at America's Center de San Luis sirvió para dejar atrás sus polémicas declaraciones de hace casi dos años, cuando aseguró que no estaba dispuesta a alejarse de la crianza de su bebé y ofrecer tiempo de calidad al lado de su esposo para invertir tiempo en pelear sobre un ring de lucha libre, al cual tildó de falso.
"Cualquiera que esté indignado porque llamé a la lucha libre profesional peleas falsas por diversión nunca ha estado en una pelea real. Mientras todos evitan lastimar egos enormes y frágiles de algunos luchadores de lucha libre profesional, nadie está pensando en todos los luchadores reales que reciben insultos", escribió Rousey en su cuenta de Instagram.
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Aquellas declaraciones despertaron el odio de algunos fans y tuvieron respuesta en el miembro del Salón de la Fama, Booker T, quien le exigió a Rousey que se disculpara con su público y demás competidores de la industria.
La actuación de Rousey del sábado la confirmó como una de las más populares luchadoras y contribuyó al objetivo de la WWE de incrementar los números de audiencia. Además, el hecho de haber vencido a Flair indica de las buenas relaciones que todavía mantiene con los dueños de la compañía de entretenimiento.