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¿Cuándo Cristiano Ronaldo fue a Japón y cuál fue la polémica?

Cuando Cristiano Ronaldo brillaba en el Real Madrid fue invitado a participar en un programa en la televisión de Japón, y allí pasó algo tan bizarro que hoy sigue siendo recordado por el público
Cristiano Ronaldo era una figura del Real Madrid cuando visitó la televisión japonesa
Cristiano Ronaldo era una figura del Real Madrid cuando visitó la televisión japonesa / Power Sport Images/GettyImages
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Al ser una figura de reconocimiento mundial, todos saben que Cristiano Ronaldo es portugués. Sin embargo hace muchos años el delantero viajó a Japón y desde allí le dieron una fallida sorpresa, obsequiándole un show de comparsas y carnaval, típicos de Brasil, lo que da cuenta de que confundieron su origen.

Corría el año 2015 cuando el astro luso era una estrella del Real Madrid, y fue invitado por un programa de la televisión japonesa, en el que repasaron algunos momentos célebres de su carrera. Sin embargo en un determinado momento el cantante Naoto Inti Raymi, acompañado de bailarinas, interpretó temas de samba brasileña, lo que daba cuenta de que no chequearon datos claves sobre su vida.

En los videos que aún circulan por Internet se puede ver el rostro del actual capitán del Al-Nassr, que revelaba una gran incomodidad. Al final de la presentación, el artista dijo: "Amigo Cristiano Ronaldo, bienvenido a Japón". El jugador le devolvió el gesto con una sonrisa y finalmente todo quedó en buenos términos.

Los usuarios de redes sociales no olvidan este hecho y hasta hoy continúan compartiéndolo. Uno de ellos aseguró hace algunos meses en tono humorístico: "Cuando se sientan fuera de lugar recuerden que a Cristiano Ronaldo en Japón le hicieron un homenaje tematizado en el carnaval carioca, creyendo que era brasilero".

Pero éste no fue el único momento incómodo que atravesó el luso en ese programa, ya que previo al espectáculo, fue colocado al lado de una gigantografía de él mismo, donde se veía su cuerpo en detalle, y debió presenciar una especie de análisis que hicieron sobre su anatomía.

A lo anterior se le suma el hecho de que el europeo llevó un masajeador, uno de los productos que promocionaba, y los conductores orientales se lo ponían en la boca, pensando que eso causaría gracia al deportista, quien simplemente reía, nuevamente muy incómodo.