¿Cuándo fue la última vez que alguien murió en la F1?

Competir en la Fórmula 1 es llegar a lo más alto del automovilismo y por eso representa para los pilotos un sueño a cumplir. Sin embargo, como cualquier actividad, también implica un riesgo de sufrir un accidente o incluso de morir, algo que ha sucedido varias veces en la historia.

La última vez que hasta ahora, el público y los medios de comunicación han sido testigos de una muerte en este deporte fue el 5 de octubre de 2014, cuando el francés Jules Bianchi disputaba el Gran Premio de Japón con la escudería Marussia y se estrelló contra una grúa. Lo que desencadenó el impacto fue que debido a las intensas lluvias Adrián Sutil, otro de los corredores, perdió el control de su auto y despistó a Bianchi.

El deceso de este piloto, conocido no sólo por su talento, sino por su gran carisma, no se produjo en el momento, sino meses después. El 17 de julio de 2015, tras estar internado en un hospital en coma (y sin haber logrado en ningún momento recuperar la consciencia), murió como producto de las severas lesiones cerebrales que padecía.

Antes de su fallecimiento, a los 25 años, la familia del francés había emitido un comunicado en el que informaba: "Su condición sigue siendo clasificada por los médicos como crítica, pero estable". Además se agregaba: "Jules en efecto, sigue luchando y está recibiendo el mejor cuidado posible". Así se generaba cierta esperanza en los aficionados, que confiaban en que se recuperaría.

"El francés será recordado como un joven con un futuro de lo más prometedor después de sus actuaciones con el equipo Marussia, sobre todo cuando consiguió los únicos puntos con los que cuenta el equipo al finalizar noveno en el GP de Mónaco de 2014", escribió Red Bull de manera oficial, como una forma de hacerle un homenaje.

Daniel Ricciardo fue uno de los que habló tras la muerte de Bianchi, quien era su íntimo amigo: "Nunca te olvidaré ni a ti ni a los buenos momentos que pasamos. Te voy a extrañar hermano", escribió en redes sociales.