¿Cuándo los Yankees se interesaron por Jasson Domínguez y por qué lo firmaron?

Para recibir un bono de 5.1 millones de dólares a los 16 años tienes que ser un prospecto con unas cualidades únicas. Esto le pasó a Jasson Domínguez, cuyas capacidades lo convirtieron en la firma internacional más cara de la historia de los Yankees de Nueva York. A su vez, hubo aptitudes extradeportivas del dominicano que convencieron a los Mulos de que era el jugador ideal.

Donny Rowland, director de ojeadores internacionales de los Yankees, acudió a un campo de República Dominicana a ver a un joven de 14 años del que todos hablaban maravillas; se llamaba Jasson Domínguez. En dicho juego, el caribeño bateó tres vuelacercas y lo hizo desde distintos lados del plato, pero no era sólo su ofensiva, también se movía a gran velocidad en las bases y era agresivo a la hora de defender los jardines.

Todas estas fueron las cualidades deportivas que "enamoraron" a Rowland, pero lo que le sorprendió más fue cuando a Domínguez lo elogiaban con apodos ("El Marciano") y comparaciones con Mike Trout o Micky Mantle.

Además, Rowland detectó que el nacido en la Esperanza era un líder entre sus compañeros de equipo, siempre apoyándolos de forma positiva, y en ningún caso se burlaba del rival.

Para Rowland había sido suficiente, ya que dos años antes de su firma su talento lo había "encandilado". Desde ese momento siguió el desarrollo de Domínguez, que al unirlo con su actitud fuera del campo, le confirmó que era el pelotero que buscaban y que encajaba a la perfección en la organización neoyorquina.

Los Yankees nunca se han caracterizado por ser un equipo que invierta mucho dinero en su proceso de firmas internacionales, pero Rowland convenció a su organización de que este pelotero sería una estrella a futuro y que habrían muchas franquicias detrás de él. Los Mulos confiaron y le dieron casi el monto total que tenían para invertir en las firmas de 2019.

La acción que le confirmó a Nueva York que Domínguez era el pelotero correcto fue tras su firma con el equipo, pues al recibir su bono de 5.1 millones de dólares fue a su escuela de béisbol menor y con apenas 16 años le pagó toda la indumentaria deportiva a cada niño que hacían vida en ella. Un gesto que hablaba de su madurez y preparación para llegar a conseguir grandes objetivos en MLB.