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¿Debe Carlos Beltrán entrar al Salón de la Fama pese a estar en el robo de señas de los Astros en 2017?

La candidatura del puertorriqueño ha ido tomado fuerza y todo apunta a que será “perdonado” por su participación en el esquema de robo de señas de los Astros y que conseguirá respaldo para ser un miembro del Salón de la Fama de MLB
Carlos Beltrán no pudo llegar a dirigir a los Mets
Carlos Beltrán no pudo llegar a dirigir a los Mets / Rich Schultz/GettyImages
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A Carlos Beltrán no le alcanzarán los votos para entrar este año en el Salón de la Fama de MLB, pero sus seguidores son optimistas de ver que no tiene las puertas cerradas.

Por lo contrario, la candidatura del puertorriqueño que jugó 20 temporadas en las Grandes Ligas ha ido solidificándose y de un buen 46.5% de boletas en su primera incursión en 2023 ahora mismo aparece con 68.2% de respaldo.

La lectura que se le ha dado es que Beltrán, que jugó para siete encuentros incluyendo a los Mets y Yankees de Nueva York y los Astros de Houston, ya ha sido “perdonado” por su participación en el esquema de robo de señas de los siderales en 2017, su último año como jugador activo.

Cuando el escándalo explotó, a Beltrán se le señaló de ser uno de los autores intelectuales del entramado. Eso le costó el cargo como manager de los Mets sin haberse siquiera sentado en el banquillo.

Sus méritos deportivos no están en duda. En su carrera el boricua ganó el Novato del Año, consiguió tres Guantes de Oro, dos Bates de Plata y un anillo de campeón de Serie Mundial con Houston.

Fue invitado a 9 Juegos de Estrellas, dio 435 jonrones y 565 dobles, remolcó 1.587 carreras y anotó 1.582. Además, se robó 312 almohadillas y terminó con una buena cantidad de hits: 2.725.

Si no le impidieron aparecer en las boletas ni tuvo otra sanción por el robo de señas, nada impide que tenga una placa en Cooperstown. Pareciera que los cronistas del béisbol están abiertos a darle la oportunidad, pero en el peor de los escenarios podría ser un buen caso para el Comité de la Era Contemporánea.

Más que su participación -su influencia en el esquema no ha sido demostrada públicamente hasta ahora -, lo que más preocupa es su falta de arrepentimiento. Beltrán no se disculpa por el suceso que impactó el béisbol.

En el caso mío y esto lo explico porque sé que es un tema que la gente dice ‘pero Carlos, ¿qué paso?’, yo digo ‘mira mi hermano, honestamente la gente piensa que nosotros creamos algo. Nosotros no creamos nada, nosotros usamos los recursos que se nos proveyeron’”, declaró para Abriendo el Podcast.

Dicen que nosotros usamos la tecnología de una manera que no era adecuada; yo pienso que nosotros fuimos innovadores, nosotros no usamos nada que no existe en el juego de pelota. Nosotros usamos lo que existía. No para quitarle credibilidad a lo que pasó, pero se hablaron muchas cosas que no eran verdad”, agregó.

No están en duda sus méritos deportivos, pero hacer trampa debe tener una consecuencia. Sobre todo cuando el portal de MLB recuerda en el caso de la elección al Salón de la Fama que “los cronistas también reciben la instrucción de considerar la integridad, espíritu deportivo y carácter de la persona”. Seguramente Beltrán entrará a Cooperstown, pero su caso será centro de debate por mucho tiempo en demanda de coherencia en criterios.