Este domingo 20 de abril se estrenó el documental The Last Dance, el cual narra en una serie de capítulos lo que fueron las postrimerías de la época dorada de Michael Jordan en los Chicago Bulls, dinastía considerada como de las más ganadoras e implacables en la historia de la NBA.
La expectativa creada en torno al documental transmitido por ESPN y Netflix lo convirtió en el evento deportivo más grande de los últimos meses, en los cuales la ausencia de las principales ligas del mundo debido a la pandemia del coronavirus ha afectado de sobremanera no sólo a los fanáticos, sino a la economía de muchas de las empresas más grandes y lucrativas que existen.
With the premiere of ’The Last Dance’ documentary later tonight, the LeBron James vs. Michael Jordan debates are going to enter another level: https://t.co/IrA69vwBk9 pic.twitter.com/mEW3DDU8wA
— Complex (@Complex) April 19, 2020
The Last Dance pasará a la historia como uno de los documentales deportivos más esperados y exitosos de la historia, y todo, obviamente, tiene que ser puesto en contexto. No hay fútbol, ni MLB, ni NBA, ni nada. Esta es quizás la mejor noticia que cualquier seguidor del deporte pudo tener en tiempos en los que el COVID-19 cobra miles de vidas a diario y que prender el televisor significa cargarse de estrés.
Sin embargo, ¿qué hace especial a este documental? ¿No se han hecho muchos parecidos en el pasado? Sí, pero en este el protagonista es Jordan, un ser divino en la NBA a la par de estrellas como Babe Ruth en la MLB, Diego Armando Maradona - quien es venerado como un santo en Napoli, Italia -, en el fútbol, y Roger Federer en el tenis, sólo por nombrar a algunos.
Saber las intimidades y la verdadera personalidad de un Dios de la NBA como Jordan es algo que nadie se puede perder. Hasta quienes jamás han sido fanáticos de la NBA y no vivieron la época de "Su Majestad" tienen la curiosidad, así sea mínima, de saber cómo fue Jordan en aquellos tiempos en los que fue invencible en Finales y sus posters engalanaban todos los dormitorios del planeta.
Michael Jordan vs LeBron James
— Konyo West (@WestKonyo) April 20, 2020
Titles = 6 vs 3
Finals record = 6-0 vs 3-6
Finals MVP = 6vs 3
MVP = 5 vs 4
DPOTY = 1vs 0
All-defense = 9 vs 6
Scoring champ = 10 vs 1
Steals champ = 3 vs 0
Olympic record = 2 gold vs 2 gold, 1 bronze
Obviamente, Jordan, durante este periplo en el que su fama a vuelto a la escena tras años en el retiro, también ha sido señalado por todos aquellos que han crecido con la imagen de LeBron James como figura. La nueva generación de la NBA no conoce lo que producía Jordan en la cancha y sólo ha podido verlo en cortos videos de YouTube. Eso, sin duda, no es suficiente.
La comparación entre LeBron James y Michael Jordan es errónea y atemporal. Son jugadores diferentes, que no deben ser puestos uno al lado del otro. Es como comparar a un Dios con un ser terrenal, sin mirar ni siquiera las estadísticas. LeBron es un jugador más completo, que no ha contado con equipos como los que tuvo Jordan en instancias decisivas y Jordan, por su parte, fue un killer en Finales con un nivel competitivo sólo comparable con el de Kobe Bryant.
""La comparación entre LeBron James y Michael Jordan es errónea y atemporal. Son jugadores diferentes, que no deben ser puestos uno al lado del otro". "Luiscarlos González, Managing Editor
Podemos jugar con los números, es divertido a veces para comparar las carreras de nuestros jugadores favoritos, pero tienen que ser vistos con lupa. Jordan será visto siempre como superior a James, pese a que éste último ya lo ha pasado en estadísticas individuales atadas al tiempo de servicio.
Just because people might want this tonight, here's the LeBron James vs. Michael Jordan statistical comparison, using rate stats. #NBA #TheLastDance
— Billy Heyen (@BillyHeyen) April 19, 2020
(Shoutout @bball_ref for the stats) pic.twitter.com/lx94v3wc1e
James tiene que ser comparado con estrellas como Magic Johnson, un jugador completo que impactó a la NBA desde todas sus aristas, pero no con Jordan. No lo hagamos más, por favor.
La verdad es que no imagino, en muchos años y ya en mi vejez, viendo un documental de LeBron James con la misma emoción que me causa The Last Dance. Jordan, pese a su alto nivel de egocentrismo, posee un aura especial que pocos tienen en la historia del deporte.