EL RELEVISTA | Las carreras de Yasiel Puig y Yoenis Céspedes se estancaron y entraron en el ocaso
Por Gonzalo Rodríguez Crespo
Cuando se escribe esta columna de opinión es 10 de marzo y faltan menos de tres semanas para el Día Inaugural de la temporada 2021 de la MLB. Con ese plazo, que para unos es corto y para otros no, tienen que lidiar agentes libres veteranos cuyas carreras se estancaron para conseguir un contrato. Este es el caso de dos estrellas de otrora, los cubanos Yoenis Céspedes y Yasiel Puig. Ambos no generan un interés inmenso como en años anteriores entre los equipos del béisbol. Ya el ocaso de sus estancias en las mayores aparece en el horizonte.
No estamos hablando de dos peloteros cualquiera. Se trata de dos de los más talentosos bateadores que salieron de Cuba en las últimas décadas, que arriesgaron su vida y su futuro con el objetivo de estar en las Grandes Ligas. Este "pedigrí" fue detectado de inmediato en las organizaciones de las mayores, que invirtieron en grande en los dos.
Hoy, Puig y Céspedes ya no valen esos millones de dólares que obtuvieron en su entrada al béisbol profesional. Los problemas físicos, de comportamiento y hasta la mala suerte los tiene sin trabajo, esperando por un acuerdo de salario mínimo que les permita seguir.
Cuando Céspedes ascendió al máximo nivel con los Atléticos de Oakland, en 2012, causó un impacto similar al de talentosos jóvenes de hoy en día. Venía avalado por su presencia en selecciones menores de Cuba y con el linaje de ser el Novato del Año en la pelota cubana. Además batió récords de todo tipo para adolescentes en esos campeonatos.
Con todo eso se ganó un contrato de $36 millones con los Atléticos, que parecían haber dado en el clavo tras ver como un Céspedes de 26 años competía para el Novato del Año y el MVP de la Liga Americana hace nueve campañas. Prometía alcanzar estadísticas siderales y, aunque tuvo buenas campañas con los mismos californianos y luego con Boston, Detroit y los Mets, las lesiones le apartaron del camino de la estelaridad.
Puig también tuvo una entrada en alfombra roja a las mayores. Los Dodgers aceptaron endeudarse con 42 millones de dólares cuando era un prospecto en Cuba, considerado como el nuevo líder de la selección de béisbol de ese país. Como Céspedes venía de un precoz desarrollo en el campeonato de la isla, coleccionando buenas estadísticas.
Pero al igual que su compatriota que estampó su rúbrica con los Atléticos, el jardinero se fue apagando luego de un primer año con línea de .319/.391/.534 que le valieron para ser segundo en la votación para el Novato del Año en 2013. Puig, además, no se integró completamente a la disciplina de los angelinos, quienes se cansaron de esperarlo tras ver que su producción decayó.
Las dos carreras prometían ser de las mejores para latinoamericanos en la MLB de estos últimos años. Pero se fueron por otros derroteros y el presente no es tan dorado como se pronosticaba. Ahora, quién sabe si puedan seguir jugando en la gran carpa.