EL RELEVISTA | El tiempo les ha dado la razón a los Celtics tras la salida de Kyrie Irving

Si un equipo que se ha visto sólido en las primeras de cambio de los playoffs de este año de la NBA ese ha sido los Boston Celtics. Con un roster balanceado y llevados de la mano del trío formado por Jayson Tatum, Jaylen Brown y Kemba Walker, los del uniforme verde lucen como serios aspirantes al título. Lo hacen tras la salida de Kyrie Irving como su hombre grande y les da la razón por haber dejado ir al base que hoy en día está con los Brooklyn Nets.

Primero que nada hay que recordar que el rendimiento en esta campaña no disminuyó por el hecho de no tener a Irving. Los Celtics clasificaron como los terceros de la Conferencia Este prácticamente sin sobresaltos. Las dudas que podían tener porque ya no contarían con el poder anotador del nacido en Australia quedaron rápidamente disipadas.

El "reinado" de Irving en los bostonianos no tuvo un final feliz. Lo recibieron en cambio con el plan de que fuese la cara de un equipo con serias aspiraciones de ganar el campeonato, o al menos de jugar las finales. Pero las lesiones y el evidente desarraigo que mostró Kyrie con esta camiseta atentaron en contra de este objetivo. Pero está bien, pues aunque hayan pasado molestia en los meses pasados el presente sonríe en el TD Garden.

Decirle adiós a la particular personalidad de la estrella de los Nets significó apostar con todo por el talento del joven Jayson Tatum, la veteranía de Jaylen Brown y la sapiencia que Kemba Walker trae como figura en la liga. El entrenador Brad Stevens, al parecer, logró dar en el clavo al engranar el trío.

Luego de ocho campañas en los Hornets, donde fue el líder ofensivo y único representante del equipo en el Juego de Estrellas, Kemba Walker se ha puesto el traje de héroe y lo que ha hecho hasta ahora en los Celtics ha sido más positivo que lo realizado por Irving.

Primero que nada rindió mucho en la ronda regular. Esto se ratifica con los 56 partidos que abrió y sus promedios de puntos (20.4) y asistencias (4.8). No son estadísticas siderales, de estrellas máximas en la liga, pero sirven para sumar en un conjunto que se destaca por su trabajo colectivo.

Jayson Tatum tiene solamente 22 años y tres años de experiencia en la liga. Todo eso se olvida cuando se le ve en el tabloncillo al frente del ataque de los Celtics y mostrando una gran compenetración con Walker, algo que poco se vio en el tiempo que pasó Irving en la escuadra. Más evidente aún es que esta comodidad y entendimiento le crea las condiciones necesarias para alcanzar su pico de rendimiento. Esto se ha visto en el inicio de la serie contra los 76ers y tiene pinta de que será la norma a medida que avance la postemporada.

Brown, por su parte, asumió el papel de líder emocional del equipo. Con esto le quita presión a un inexperimentado Tatum que está comenzando su carrera. Además respeta el espacio de un Walker que salió de un equipo pequeño y de poca tradición. Es el indicado para hacer declaraciones polémicas, que creen furia o alegría entre los aficionados sin que interfieran en el ambiente interno.

Con todo este panorama no queda más que decir que los Celtics acertaron al dejar ir a Irving. Se quitaron de encima a una estrella que tiene tendencia a las lesiones y que no demostró hambre por ganar el título como el grupo que está ahora. Bien por ellos.