EN LA MIRA | Jacob deGrom; un lanzador que llegó de la novena ronda del draft a dominar la MLB

El 15 de mayo del año 2014 debutó con los Mets de Nueva York, Jacob deGrom, un alto y delgado lanzador derecho que causaba curiosidad principalmente por su pelo largo. No era un prospecto cotizado ni mucho menos, ya que había sido seleccionado en la novena ronda del draft del 2010.

Ni el más optimista de los aficionados de los Mets se imaginó en ese momento que estaban en presencia de un pitcher que estaba en camino a convertirse en uno de los mejores exponentes de su generación. Esa temporada deGrom empezó a abrir muchos ojos y robarse todas las miradas al quedarse con el premio al Novato del Año de la Liga Nacional.

Lo más sorprendente de todo es que el nacido en DeLand, Florida, era un campocorto que luego fue convertido a lanzador en la universidad de Stetson. De hecho tiene la curiosa anécdota de haberle conectado un jonrón a Chris Sale cuando ambos se enfrentaron en esa categoría.

Desde que se estableció en el equipo grande de los Mets no ha parado de conseguir marcas en las Grandes Ligas. Ya tiene tres participaciones en el Juego de Estrellas, fue el líder de efectividad en la campaña del 2018, líder en ponches en 2019 y se ha llevado el Cy Young en dos temporadas consecutivas.

Uno de sus registros más imponentes es el récord de 30 salidas consecutivas permitiendo tres carreras o menos, en lo que fue una demostración de dominio y consistencia pocas veces vista en el más alto nivel de este deporte.

El caso de DeGrom nos sirve también para darnos cuenta que el béisbol es uno de los deportes más complicados para evaluar el talento de las jóvenes figuras. En la NBA por ejemplo, vemos que los prospectos de la parte alta del draft generalmente terminan cumpliendo con las expectativas. Lo mismo sucede en la NFL y en la NHL, disciplinas en donde es más complicado equivocarse con una estrella universitaria que llega con mucha fama al profesionalismo.

En el béisbol vemos casos como el de deGrom, Mike Trout y Giancarlo Stanton por citar algunos ejemplos de peloteros que han ganado los principales premios individuales y no fueron selecciones altas en sus respectivos draft.

La estrella de los Mets firmó una extensión de contrato de cinco años y 137.5 millones de dólares en 2019. Nada mal para un pitcher el cual todos los equipos dejaron pasar a lo largo de ocho rondas.

A sus 31 años es la gran carta de un equipo de los Mets que busca desesperadamente poder llegar a la postemporada. Pero también sirve como recordatorio que en el béisbol no siempre 1+1 es igual a 2. Por algo es uno de los deportes más complicados de pronosticar.

Lo cierto es que los de New York se sacaron la lotería y ahora gozan los beneficios.