¿Fue un error de Robinson Canó no haber aceptado ir a Triple A con los Padres?
Por Mariana Moreno
Robinson Canó fue despedido por segunda vez en un mes, esta vez por los Padres de San Diego y ahora enfrenta un futuro incierto en su carrera como jugador de MLB.
Con 39 años de edad, el veterano estaba volviendo de su segunda suspensión en Grandes Ligas por consumo de sustancias para mejorar el rendimiento.
Canó no ha podido batear. En 24 partidos de esta campaña entre los Padres y los Mets de Nueva York tiene línea ofensiva de .149/.182/.189, con solo un extrabase y 4 carreras impulsadas.
Hay un debate abierto sobre si el dominicano hizo bien al no aceptar la asignación a Triple A. Varios analistas creen que el segunda base debió tomar esa opción y prepararse para un eventual regreso.
Sin embargo, desde su paso por la LIDOM en el invierno pasado se notaron mermadas las condiciones del segunda base dominicano.
Y a su edad, con los números de esta campaña y el peso de sus antecedentes no le iba a ser fácil conseguir otra oportunidad de ascender con San Diego. Sobre todo una vez que regrese el astro del campocorto Fernando Tatís Jr.
Por varias de esas razones a Canó tampoco le será fácil conseguir otro contrato en Grandes Ligas, aunque se dice que tiene ofertas en el torneo mexicano.
De momento, el veterano de 17 campañas en las mayores debe tomarse un tiempo para meditar sobre su futuro y, si decide continuar, esperar una oportunidad para volver.