Julius Randle está mostrando con los Knicks todo el potencial que Lakers vieron en él

Una de las grandes sorpresas de la temporada 2020-21 de la NBA es el rendimiento mostrado por Julius Randle, quien evolucionó de una campaña a otra en el gran líder ofensivo de los New York Knicks. Sus números e impacto en la organización lo llevaron a ser seleccionado para el Juego de Estellas de 2021.

Tras un 2020 en el que Randle siguió demostrando problemas a la hora de tomar decisiones y un nivel irregular como lanzador, su progreso es más que notable, en especial a la hora de construir juego. En la actualidad promedia 23.4 puntos, 10.9 rebotes y 5.5 asistencias en 36 minutos por partido, sus mejores registros de carrera.

Este es justo el desempeño que los Lakers esperaron de él por varios años, luego de seleccionarlo séptimo en el Draft de la NBA de 2014. Sus números fueron progresando cada temporada en la organización californiana, pero sencillamente la dirigencia no encontró la estabilidad necesaria para retenerlo.

A mediados de 2018 el jugador pidió a las directivas, encabezadas por Magic Johnson como presidente de operaciones, que lo dejarán ir como agente libre ante la llegada de LeBron James, entendiendo que no podría desarrollar su mejor nivel junto a una presencia tan imponente.

Tras jugar una campaña en los Pelicans recaló en New York en 2019 con un contrato de $62 millones a tres temporadas, algo que la prensa y los fanáticos de la franquicia neoyorquina criticaron a lo largo de su primer año con el equipo.

Los Knicks están teniendo un muy buen rendimiento en términos generales, ubicándose en la cuarta posición en la Conferencia del Este con marca de 18 victorias y 17 derrotas, gracias en buena parte a lo hecho por Randle.

Todo parecía indicar que la organización usaría a Randle como una de sus piezas más importantes para un potencial cambio, pero ante los notables registros del jugador y su buena adaptación al sistema de Tim Thibodeau, esto al parecer es cosa del pasado.