Julius Randle tiene problemas con la presión de los playoffs y los Knicks están sufriendo
Por Fernando Martínez
Los New York Knicks han protagonizado una temporada 2020-21 de la NBA mágica. Al inicio los analistas los colocaban en los últimos puestos de la Conferencia Este. Sin embargo, la inteligencia de Tom Thibodeau y la ofensiva de Julius Randl los ayudó a avanzar a los playoffs.
El juego alegre y agresivo de Randle ha desaparecido en los primeros tres duelos de primera ronda ante los Atlanta Hawks. El pobre rendimiento del ala pívot tiene a New York muy cerca de despedirse temprano, gracias a un inefectivo 54-13 en tiros de campo que le coloca un horrible 24%.
Además, Randle es el peor tirador de dos puntos de la actual postemporada con apenas 7 de 34 para un 20.5% y 6 de 20 desde los triples. Aunque Atlanta ha tenido una buena defensa sobre el Jugador de Mejor Progreso de la campaña, no cabe la menor duda de que la presión se lo está comiendo vivo.
La ausencia de Randle en la pizarra le está costando a los Knicks 24.1 puntos por partido, cifra que registró durante la temporada regular y que representa casi el 25% de los tantos que anotaron en los 72 encuentros con un promedio de 107 por noche y que los ubicó en el puesto 26 de toda la liga.
El esquema de Thibodeau se basa en defensa, siendo los mejores de los 30 equipos en ese departamento en la ronda regular con 104.7 puntos permitidos y dependiendo principalmente de la producción de Randle en la mayoría de los partidos.
Si esa fórmula no la consiguen a partir del cuarto partido de playoffs. Los Knicks podrían decir adiós más rápido de lo que piensan con un mal sabor de boca y un Randle frustrado por no poner en marcha su estilo agresivo y protagonista de la ofensiva.