¿Es justo que Alex Rodríguez nunca sea exaltado al Salón de la Fama pese a tener los mejores números?
Por Mariana Moreno
Hay jugadores que parecen haber nacido para protagonizar polémicas y uno de ellos es Alex Rodríguez, que tuvo una gran carrera en la MLB, jugó para equipos como los Yankees de Nueva York y que vuelve a estar en medio de un escándalo.
Figuras de las Grandes Ligas han mostrado su rechazo a las nuevas informaciones en las que A-Rod es protagonista. Se dice que delató a Ryan Braun y a Manny Ramírez como consumidores de esteroides.
Rodríguez, de ascendencia dominicana y que aceptó mudarse del campocorto a la tercera base para poder ser parte del equipo neoyorquino, vio su nombre manchado para siempre por su vinculación con el escándalo de Biogénesis.
Esta era una clínica especializada en tratamientos antienvejecimiento, con el suministro de esteroides y hormonas de crecimiento humano (HGH) que eran usadas por jugadores de béisbol para mejorar su rendimiento. Se dice, incluso, que los Yankees pagaron por este tratamiento de A-Rod sin saber que usaba sustancias prohibidas.
La estrella de MLB recibió una suspensión histórica, aunque no perdió su carrera por este caso. Pero su castigo no es menor. No sólo tiene que vivir con la duda de no haber conseguido limpiamente sus números brillantes, su vinculación con este escándalo es el impedimento para que sea un miembro del Salón de la Fama.
De otra manera, ya tendría una placa con su nombre en Cooperstown. Rodríguez jugó 22 años en las Grandes Ligas y puede decir que lo ganó todo: fue campeón de la Serie Mundial de 2009 con los Yankees, tuvo un título de bateo, fue tres veces MVP, lo invitaron a 14 Juegos de Estrellas y conquistó 2 Guantes de Oro y 10 Bates de Plata.
Aparece entre los cinco mejores jugadores de todos los tiempos en cuadrangulares (quinto con 696) y carreras impulsadas (cuarto con 2.086), retirándose con 3.115 hits (23) y 548 dobles (33). Pero nada de eso servirá para limpiar su imagen y hacerlo parte del Templo de los Inmortales.
Aunque habrá a quien le parezca injusto, el caso de Rodríguez no es único. El mismo tratamiento se ha dado en el caso de una leyenda como Barry Bonds y sólo pueden esperar a que con el tiempo sus historias se sometan a una revisión, sin que eso sea una garantía de perdón.