El legendario luchador de la WWE, Sting, protagonizó una de las noticias más impactantes del 2020 al regresar al deporte después de cuatro años pero en una compañía distinta a la que le dio fama.
El miembro de la fama de la WWE, que se había retirado en 2016, volvió al ring pero como parte de la AEW (All Elite Wrestling) y dejó boquiabiertos a muchos de sus seguidores.
Un día dijeron que su carrera había acabado. Pero su pasión fue más y decidió pintarse el rostro, vestirse de negro y regresar con bate en mano a impulsar una nueva generación. Sting llega a AEW y con esto llega un mentor con alta calidad para darnos grandes historias y educar. pic.twitter.com/cjGCN0UkwX
— Lucha Libre Online (@luchalibreonlin) December 3, 2020
Con 61 años Sting decidió reaparecer en un duelo transmitido por TNT (donde ocupó un rol protagónico a finales de los 90 como figura de la WCW) y debutó el 2 de diciembre en la edición de los miércoles de la AEW Dynamite.
Apareció con su inconfundible caracterización e impactó a todos, para bien y para mal: lo ovacionaron por su gran regreso pero en las redes sociales cuestionaron su traición a la WWE.
Lentamente la AEW comienza a llegar a la talla de la WWE que actualmente domina todavía la industria de la lucha libre. Varias son las figuras que se animaron a traspasarse de empresa, entre ellos Matt Hardy, FTR (The Revival), Brodie Lee (Luke Harper) y Jon Moxley (Dean Ambrose), aunque ninguno de tanto renombre como Sting, por eso el impacto.