Medias Rojas se salieron con la suya con el segundo cambio por Mookie Betts y David Price
Por Mariana Moreno
Muchos creerán que los Dodgers de Los Angeles salen ganando al sumar al astro Mookie Betts a su ya sólida alineación.
Pero, realmente, los grandes ganadores del cambio son los Medias Rojas de Boston. Después de una semana de suspenso por dudas manifiestas sobre la salud de Brusdar Graterol, lo que provocó la salida de los Mellizos de Minnesota de la transacción, en Fenway Park tienen motivos para celebrar.
Después de todo, la reestructuración del acuerdo les dio todo lo que necesitaban. Lograron zafarse del jardinero Betts y de David Price. Ya no tendrán que costear sus altos salarios, algo que los tenía cerca del umbral del impuesto al balance competitivo.
Betts ganará 27 millones de dólares este año, mientras que el zurdo Price tiene tres años y 96 millones de dólares pendientes en su contrato. Boston pagará la mitad de ese dinero, pero aun así es un alivio.
Verán partir a una estrella y un lanzador que, apartando el año pasado, había sido pieza clave en el equipo, pero no se queda con las manos vacías.
Los Medias Rojas recibirán a Alex Verdugo, un joven jardinero mexicano de 23 años de edad que rindió para los Dodgers (bateó .294 en 377 apariciones) antes de ser castigado por una lesión en la espalda. También a dos prospectos.
Jeter Downs, un infielder de origen colombiano, y Connor Wong, un receptor, serán dos piezas para el futuro. Sobre todo Downs de quien se espera que sea un jugador titular en las mayores.
Verdugo ganará el mínimo de las Grandes Ligas, 563 mil 500 dólares en 2020.
Lo mejor de todo es que en Boston consiguieron todo esto sin la adquisición de Graterol.
El derecho era una de las grandes promesas de Minnesota, pero ya tuvo una cirugía Tommy John que les hacía temer que no pudiera hacer carrera como abridor sino como relevista, lo que reduce su valor en el mercado.
Graterol, de 21 años de edad y que en principio iba a pasar de Minnesota a Boston, irá ahora a los Dodgers en un cambio separado, lo que deja a los Medias Rojas libre de preocupaciones y con la satisfacción de haber completado un cambio redondo.