Los méritos que harán a Manu Ginóbili un Salón de la Fama de la NBA
Por John Griswold
Restan solo días para que Manu Ginóbili se convierta en el primer argentino en integrar el Salón de la Fama de la NBA, motivo por el cual el baloncesto latinoamericano debe sentirse orgullo.
Es que la leyenda de los San Antonio Spurs va sobrado de pergaminos que impulsan una exaltación que llegará oficialmente este sábado en el Naismith Memorial Basketball Hall of Fame, donde solamente se encuentra la élite eterna de este deporte.
Aunque a priori los 13.3 puntos por juego que coleccionó Manu Ginóbili durante 16 cursos en la NBA no resaltan a modo superlativo, su legado supera dichos guarismos, aunado a ser factor de peso, tras Tim Duncan y Tony Parker, dentro de una dinastía de San Antonio Spurs (su única franquicia) que conquistó cuatro anillos de campeón entre las justas 2002-2023 y 2017-2018; la de su retiro.
El nacido en Bahía Blanca abrió las puertas para los jugadores latinoamericanos dentro de la mejor liga del mundo, en especial los de su Argentina natal, además de convertirse en un referente a nivel FIBA, luego de erigirse en la gran estrella de una selección albiceleste ganadora de oro y bronce en Juegos Olímpicos, más una plata en Mundiales.
Además de su contribución a los Spurs, ser el rostro dentro y fuera de la duela tanto de una generación dorada de Argentina, como de la legión latinoamericana en la NBA, ha sido vita para que Manu Ginóbili emule a Oscar Schmidt y Ubiratan Pereira como los únicos miembros del Salón de la Fama del mejor baloncesto del planeta nacidos en el cono sur.