Los 5 peores cambios en la historia de los Dodgers
Por Juan Pablo Aravena
Los Dodgers de Los Angeles no han ganado la Serie Mundial desde 1988, aunque en los últimos años se han quedado muy cerca de obtener el título.
La franquicia angelina podría haber sumado varios campeonatos de no haberse equivocado tantas veces con algunos traspasos. A continuación, presentamos los cinco errores más grandes que ha cometido la organización californiana en lo que respecta a cambios de jugadores.
5. John Franco a los Rojos - 1983
Los Dodgers no estaban del todo actualizados cuando se trataba de evaluar relevistas. A mediados de la campaña de 1983, los Dodgers enviaron a Franco a los Rojos de Cincinnati por el utility Rafael Landestoy. Landestoy se retiró después de la temporada 1984, mientras que Franco salvó 424 juegos en las mayores.
4. Sid Fernández a los Mets - 1983
Ese mismo año, los Dodgers despacharon a Sid Fernández y lo enviaron a los Mets de Nueva York, quienes fueron uno de los mejores elencos de la Liga Nacional en la década de los '80. Fernández fue pieza clave del título de Serie Mundial de los Mets en 1986.
3. Salida de Paul Konerko - 1998
Los Dodgers fueron uno de varios equipos que se rindieron antes de tiempo cuando se trataba de evaluar a Paul Konerko, quien acabaría siendo una leyenda de los Medias Blancas de Chicago y uno de los mejores inicialistas de la MLB en los últimos 30 años. Enviaron a Konerko a los Rojos a cambio de Jeff Shaw.
2. El cambio de Davey Lopes por Lance Hudson - 1982
Los Dodgers salieron de Lopes, que tenía 36 años en ese entonces, después de la temporada de 1982. Sin embargo, Lopes siguió activo y acabó jugando en MLB hasta más allá de sus 40 años. El jugador que llegó a cambio, Lance Hudson, no rindió de la forma esperada y nunca llegó más allá de Doble A en las menores.
1. Enviar a Pedro Martínez a los Expos - 1993
Pedro Martínez pudo ser el as de la rotación de los Dodgers, pero la franquicia angelina lo cambió a los Expos, quienes eventualmente lo traspasarían a los Medias Rojas de Boston. Allí fue donde Martínez terminó de convertirse en uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos de la MLB, pero bien pudo vivir esa misma suerte en la franquicia angelina.