Números ofensivos de Carlos Correa en la postemporada demuestran que está hecho para estos juegos
Por Mariana Moreno
El campocorto de los Astros de Houston, Carlos Correa, decidió que casi cinco horas de juego para un domingo era más que suficiente. En el primer lanzamiento del inning 11 terminó con el segundo duelo de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
El estelar infielder demostró una vez más que está más que preparado para ese tipo de situación. Ya en 2017, cuando los siderales conquistaron el primer campeonato de su historia, el nacido en Ponce mostró su valía.
En aquella ocasión destrozó al pitcheo de los Yankees de Nueva York, también en la pelea por el banderín del nuevo circuito. En siete compromisos ligó para .333 producto de nueve incogibles en 27 visitas al plato.
Ese mismo año, en la Serie Mundial contra los Dodgers, botó dos pelotas y remolcó cinco carreras. Uno de esos bambinazos vino en el segundo compromiso, lo que permitió que los siderales emparejaran el cruce.
Por ello no es de extrañar que Correa haya usado la fuerza ayer para estropear la visita de los dirigidos por Aaron Boone.
En 9 series de postemporada en su carrera, el puertorriqueño batea para .261 con 27 carreras impulsadas y 9 jonrones. Y ya dio un aviso de que va por más: "Sentía que mi ritmo estaba volviendo, que mi swing estaba volviendo a la normalidad. Sabía que algo positivo iba a suceder".