¿Por qué África nunca ha sido sede de los Juegos Olímpicos?

Son muchos los lugares que en cada edición de los Juegos Olímpicos se desempeñan como sedes, algo que por supuesto genera ilusión y también popularidad. Sin embargo, un continente que hasta ahora no ha tenido esta oportunidad es África, y esto tiene una explicación que se origina en el aspecto social.

Nelson Mandela utilizó su fama como figura humanitaria, para apoyar una de las candidaturas de África, pero lo cierto es que todas fueron rechazadas. Uno de los que trabajó en las propuestas fue el Dr. Swart-Arries, quien en diálogo con la BBC, reconoció que las respuestas negativas del comité, tuvieron que ver "con la geopolítica".

"En el momento en que presentamos la candidatura, fue entre 1995 y 1997, justo después del apartheid. Probablemente no estábamos preparados desde la perspectiva de los deportes olímpicos", siguió explicando.

El Apartheid fue un sistema de segregación racial que imperó en Sudáfrica y Namibia entre 1948 y 1992. Consistía en crear lugares en los cuales se separaba a las personas por su color de piel, y donde por supuesto los blancos tenían poderes que los demás no. Además se prohibía el matrimonio, y la relaciones sexuales entre personas blancas y negras.

A pesar de la autocrítica, el Dr. Swart-Arries aprovechó la oportunidad para criticar a los Juegos Olímpicos, los cuales según dijo, en esa época "estaban plagados de corrupción".

Actualmente, África sigue como espacio de duda respecto a ser sede, y eso sucede, entre otras cuestiones, por Abdelfatah El-Sisi, presidente de Egipto, quien fue acusado por Human Rights Watch de llegar al poder luego de perpetrar un golpe de estado.

Es tal el compromiso del Comité Olímpico Internacional, que en uno de sus documentos oficiales se afirma que se busca "la promoción y el respeto de los derechos humanos dentro de los ámbitos en los que es competente".

A lo anterior se le suma el hecho de que África no tendría una infraestructura adecuada para recibir a los cientos de deportistas de todo el mundo que llegan para competir. Por otro lado, la inestabilidad económica y política se vuelve una amenaza para la garantía de éxito de los Juegos.