¿Por qué Gleyber Torres es prescindible para los Yankees de Nueva York?
Por Mariana Moreno
Por tres temporadas, los rumores en MLB han tenido como uno de sus protagonistas habituales a Gleyber Torres, a quien pronosticaron varias veces que saldría de los Yankees de Nueva York por la vía del cambio.
Finalmente no sucedió, pero es un hecho que el venezolano no regresará al Bronx en la próxima campaña de Grandes Ligas, a menos que sea de visita con su nuevo equipo. La certeza no tiene ninguna relación con el incidente con el manager Aaron Boone a finales de la semana pasada.
Simplemente, Torres será agente libre al final de esta temporada y los Yankees no harán nada por retenerlo porque no tiene cabida en los planes del conjunto para 2025.
La gerencia neoyorquina acaba de adquirir a Jazz Chisholm Jr. desde los Marlins de Miami, a quien le quedan dos años de arbitraje, y él será el segunda base del club. Es una decisión tomada y no está condicionada por lo que suceda en los jardines. Sea que firmen a Juan Soto o que lo pierdan en el invierno, sea que decidan subir a los prospectos o buscar otra solución, el jugador de Bahamas se quedará en el cuadro interior.
El infielder venezolano de 27 años de edad se salvó de ser cambiado a última hora en un par de ocasiones. En 2023 fue el bateador más consistente del grupo de Boone y esta vez escapó a ser pieza de negociación porque reaccionó a tiempo con su ofensiva y lo necesitaban.
Aunque esta vez estaba en deuda y ha vivido una zafra de muchos altibajos con el madero y terribles números defensivos (es líder en errores entre los jugadores de la intermedia con 14), es posible que hayan sopesado su experiencia en playoffs o que pesara en la decisión de conservarlo la ausencia de ofertas satisfactorias.
Pero de cara al futuro el venezolano no tiene lugar con los Yankees. Chisholm será titular en la segunda almohadilla y si algo surgiera por ejemplo, con la salud o el rendimiento de DJ LeMahieu o del propio Chisholm, tienen a Oswald Peraza bateando bien en las menores.
Por eso no será necesario darle a Torres un nuevo contrato en 2025, un pacto que sería una carga adicional para una nómina con muchos compromisos. Si a eso le sumamos los problemas de actitud (se negó a moverse a tercera base, ha sido disciplinado por falta de esfuerzo varias veces) es obvio que no resulta imprescindible para los neoyorquinos.