Miguel Cabrera afrontará en 2022 la temporada número 20 de servicio en la MLB, con un objetivo primordial: conectar los 13 hits que le faltan para llegar a 3.000 de por vida.
El astro venezolano de los Tigres de Detroit consiguió en 2021 llegar a 500 jonrones (tiene 502) y en su paso por las Grandes Ligas ha bateado 2.987 imparables.
Cuando lo consiga, de seguro en el primer mes de temporada, Cabrera se convertirá en miembro de un club en el que solo hay 6 miembros: Hank Aaron (755 y 3.771), Alex Rodríguez (696, 3.115), Albert Pujols (663, 3.237), Willie Mays (660, 3.283), Rafael Palmeiro (569, 3.020) y Eddie Murray (504, 3.255). Y también, tal vez, puede ser el último.
En el futuro cercano no hay candidatos para unirse a la cofradía, una a la que es complicado pertenecer porque requiere tener dominio sobre dos elementos del bateo: el contacto y el poder.
Entre los activos, el que más cerca está de los 500 jonrones es Nelson Cruz, con 449. Pero a sus 41 años de edad es poco menos que imposible que llegue a los 3.000 hits, pues tiene 1.913.
OTD1996 @Orioles Eddie Murray hits HR #500 joining Hank Aaron & Willie Mays as 3rd player w at least 3000 H & 500 HR https://t.co/PyOKMlSw9J pic.twitter.com/TIrXNmyHOX
— National Baseball Hall of Fame and Museum ⚾ (@baseballhall) September 6, 2017
Robinson Canó, a quien le quedan dos años de contrato con los Mets de Nueva York, ha acumulado 2.624 imparables en sus 16 temporadas de Grandes Ligas (es tercero entre los activos tras Albert Pujols y Cabrera) y con 39 años de edad suma 334 cuadrangulares.
Las esperanzas de ver a un jugador emular a Cabrera con 3 mil imparables y 500 jonrones queda en manos de jóvenes talentos como Juan Soto y Vladimir Guerrero Jr., que deben cruzar los dedos para tener carreras largas, mantenerse sanos y ser consistentes en sus números para aspirar a tener su membresía en el club.