¿Por qué los Yankees cayeron en una debacle y se convirtieron en el peor equipo de MLB?

La temporada regular de un equipo de MLB tiene 162 juegos programados y en un lapso tan extendido es normal que haya buenos y malos momentos. Los Yankees de Nueva York comenzaron la campaña de 2024 a todo tren, pero el bache natural de cualquier conjunto ya llegó para ellos a su tercera semana.

Y eso es demasiado tiempo para un conjunto que tiene tan altas expectativas. La debacle de los neoyorquinos llegó a su peor momento este jueves, cuando los Rojos de Cincinnati -irónicamente con Frankie Montas en la lomita- sellaron una barrida en el Bronx.

Para los Yankees fue la sexta serie consecutiva que pierden y séptima de las últimas ocho que han disputado. Desde este viernes se enfrentarán con los Medias Rojas de Boston obligados a frenar esta caída libre.

En Nueva York ya perdieron el liderato de la División Este de la Liga Americana con Baltimore. Y aunque siguen metidos en la clasificación con récord de 54-35, es una señal de alarma sumar 13 derrotas en 17 partidos y 14 de 19 después de un comienzo de zafra de 49-21.

¿Qué los ha hecho llegar a este punto? Varios factores se han sumado. La debacle del pitcheo es, sin duda, lo más evidente. Han pasado de ser los mejores del circuito a tener la séptima efectividad colectiva (3.59 en lo que se refiere a abridores).

La lesión de Clarke Schmidt fue el primer aviso y recuperar a su as Gerrit Cole no ha sido tan efectivo como se hubiera esperado porque el resto del grupo no ofrece garantías. Luis Gil, que había estado brillante, tiene tres malas salidas consecutivas que han llevado su efectividad de 2.03 a 3.41.

La euforia por el buen desempeño de Carlos Rodón también pasó y ya estamos viendo al zurdo con sus habituales muestras de frustración y Marcus Stroman también ha perdido un poco de fuelle y comenzado a mostrar su polémica personalidad. En resumen, ninguno de los abridores activos de los Yankees tiene efectividad por debajo de 3.40.

El bullpen, que llegó a ser el departamento más efectivo del equipo, también ha tenido sus fallas. Perder a Jonathan Loáisiga fue un golpe duro y no hubo un plan B. Terminaron dando libertad a Víctor González, Clay Holmes no ha podido volver al ritmo arrollador del primer mes de temporada y en colectivo pasaron de tener una efectividad de 2.00 a ocupar el puesto 13 entre los relevistas de MLB con 3.65.

Pero hay más. Aaron Judge, que está peleando la Triple Corona, es el único que ha mantenido su ritmo ofensivo, pero necesita ayuda. Las lesiones de Anthony Rizzo y Giancarlo Stanton le quitaron fuerza al lineup, Juan Soto ha estado a media máquina en parte por sus problemas físicos, Alex Verdugo no consigue volver a enracharse y Gleyber Torres y DJ LeMahieu siguen en deuda por sus pobres rendimientos con el madero.

Para el manager Aaron Boone todo ha llegado en una sucesión de eventos, pero no pierden la calma mientras esperan los movimientos que hará la gerencia antes del 30 de julio. Tanto él como el capitán Judge creen que es cuestión de tiempo para que los ajustes den resultado y vuelvan a la senda ganadora.

“Si nos remontamos a todos los campeones anteriores de la Serie Mundial, siempre han tenido un pequeño derrape en algún momento”, dijo Judge. “Lo que define a un equipo, es cómo respondemos ante esto”.

Para que eso pase necesitarán más que una muestra de carácter. Es preciso que la ofician dirigida por Brian Cashman se apresure en busca de refuerzos: en la agenda no puede faltar un abridor -como Luis Severino o Garrett Crochet, entre otros candidatos-, un cerrador -se dice que hay contactos por Mason Miller-, un primera base (Christian Walker es un objetivo factible) y un bateador de contacto como Luis Rengifo, que puede ser el sustituto de Torres en la segunda base.