¿Qué es el impuesto al lujo en el béisbol de MLB?
Por Heliana Guirado
La MLB es la mejor liga de béisbol del mundo y como tal, sigue estrictas reglas que tienen como fin la competencia justa y el equilibrio entre los equipos. En este contexto, existe lo conocido como impuesto al lujo, que se trata de una sanción a aquellos que superen el límite en la nómina de jugadores.
Teniendo esto en cuenta, en el caso que una franquicia supere el umbral, se le aplica el impuesto (llamado formalmente Impuesto sobre el Equilibrio Competitivo) sobre el excedente, y que cambia de acuerdo a la cantidad de años seguidos que se haya incurrido en el exceso. Es decir que aumenta a un 20% en el primer periodo, 30% en el segundo y al 50% en el tercer año consecutivo.
En caso de que por cinco años consecutivos se haya incurrido en la acción, el equipo está sujeto a una sobretasa adicional. Sin embargo, aquellos que durante dos temporadas consecutivas hayan excedido el umbral, pero luego quedan por debajo de este, vuelven al 20% la próxima vez que cometan la irregularidad.
De esta manera, y en el periodo 2022-2026, se establecieron los siguientes límites:
- 2022: 230 millones de dólares.
- 2023: 233 millones de dólares.
- 2024: 237 millones de dólares
- 2025: 241 millones de dólares.
- 2026: 244 millones de dólares.
Otras cifras fijadas se relacionan con las franquicias que superen el umbral por montos entre $20 y $40 millones, para las cuales se fija un recargo del 12%. Las que rebasen por entre $40 y $60 millones sufrirán el recargo del 42,5% en el primer año, pero el 45% por cada año consecutivo posterior a ese.
Finalmente los que superen los $60 millones, pagarán un recargo del 60%. Los castigos no son sólo monetarios, porque los que superen ampliamente el límite salarial, también sufren consecuencias en el orden de su selección del draft.
En 2023 los Mets de Nueva York se volvieron noticia por haber tenido que pagar $101 millones debido a los excesos cometidos en esa campaña. Los acompañaron los Yankees, que abonaron $32.4 millones, y los Padres de San Diego, que pagaron $37.9 millones.