¿Robinson Canó iba rumbo al Salón de la Fama si no hubiera sido suspendido?
Por Mariana Moreno
Robinson Canó fue cortado por tercera vez esta temporada y aunque no ha perdido la esperanza de regresar a MLB, todo indica que está muy cerca del retiro.
Los Bravos de Atlanta pudieran ser el último equipo del dominicano en las Grandes Ligas, en una trayectoria de 17 temporadas que lucía brillante.
Canó comenzó su camino con los Yankees de Nueva York y con ellos ganó la Serie Mundial de 2009. El segunda base dominicano parecía estar construyendo un camino hacia el Salón de la Fama.
Entre el equipo del Bronx y los Marineros de Seattle, es decir entre 2005 y 2017, Canó fue seleccionado a 8 Juegos de Estrellas, ganó 5 Bates de Plata y 2 Guantes de Oro.
En ese lapso consiguió remolcar 1.183 anotaciones, conectar más de 300 jonrones y 2.476 hits, por lo que se le daba como el próximo miembro del club de los 3.000.
Sus números de 2018 también eran buenos: en 80 juegos tenía 94 imparables, 22 dobles, 10 cuadrangulares y 50 impulsadas, para average de .303.
Pero fue cuando vino la primera suspensión y la carrera de Canó cambió por completo. Después de eso no volvió a ser el mismo jugador. Seattle lo cambió a los Mets en 2019 y un año más tarde reincidió en el uso de esteroides, lo que le tuvo fuera de MLB casi dos años.
Desde que recibió el primer castigo el infielder solo ha podido batear 169 hits, contando 38 dobles y 24 vuelacercas. Apenas suma 73 carreras impulsadas desde 2019 hasta la semana pasada, cuando de nuevo fue puesto en asignación.
Si de por sí los escándalo por dopaje no bastaran, la disminución dramática en sus números terminó por cerrar las puertas de Cooperstown para un jugador que tenía grandes proyecciones.