Si Charlie Blackmon termina la temporada con promedio de .400 su marca debe tener un asterisco
Por Mariana Moreno
Desde los tiempos del legendario Tony Gwynn, nadie había emocionado tanto al mundo de la MLB en relación al promedio ofensivo, como lo está haciendo Charlie Blackmon.
Antes de disputarse la jornada del viernes, el veterano outfielder de los Rockies de Colorado exhibe un sólido promedio de bateo de .472.
Todavía queda temporada por jugarse, pero muchos esperan que logre entrar a la historia. Sin embargo, desde ahora comienza el debate sobre si esa marca llevaría asterico, por tratarse de una campaña de 60 juegos.
Batear para .400 es difícil en cualquier circunstancia. Tanto, que nadie lo logra desde que Ted Williams dejó promedio de .406 en 1941.
El mismo Blackmon no cree que lo logre: “No creo que sea una meta realista en el béisbol de hoy, el pitcheo es bueno. No creo que sucederá”.
Pero si lo consigue, el asterisco será inevitable para señalar que se logró en circunstancias no convencionales. Esta campaña está recortada a prácticamente un tercio de lo que suele jugarse en un calendario normal.
El asterisco es necesario si Blackmon consigue lo que parece imposible en el béisbol moderno. No se trata de quitarle méritos, sino de un acto de honestidad con el juego.