SIN EQUIPO | El voleibol es el deporte de conjunto más emocionante de los Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos de verano reúnen a los mejores atletas del mundo, aunque siempre hay modalidades que se roban la atención de millones de fanáticos que siguen la competencia desde distintas parte del mundo.

En el caso de los deportes de conjunto, el voleibol concentra los reflectores de las principales cadenas televisivas del planeta, por tratarse de una disciplina que genera una enorme emoción en cada punto, sin importar que muchas de sus principales figuras son desconocidas para el aficionado común.

En ediciones anteriores de la magna cita del deporte universal, vimos brillar a leyendas de este deporte como: Giba de Brasil, Lloy Ball de Estados Unidos, Marcos Milinkovic de Argentina y Harry Gómez de Venezuela. La nueva generación no ha podido ganar la misma popularidad a nivel internacional, pero sí han logrado que el voleibol se mantenga en un nivel muy alto.

En teoría es el baloncesto el deporte que debería tener mayor seguimiento en los Juegos Olímpicos de Tokio debido a la presencia del Team USA con estrellas como Kevin Durant y Damian Lillard, pero lo cierto es que el que ha estado presente en un partido de voleibol olímpico reconoce sin mayores problemas que es el deporte que más veces consigue levantar al público de sus asientos, durante cada encuentro.

Además, el hecho de que el fanático común no conozca a los jugadores estelares, le da un morbo mayor a los encuentros, ya que el apoyo hacia determinado país es real, sin enfocarse en un jugador en específico.

Brasil es la máxima potencia en el voleibol y en los Juegos Olímpicos de Tokio buscarán revalidar su medalla de oro obtenida jugando como local en 2016. Argentina, República Dominicana y Venezuela son otros países de la región que dicen presente en la magna cita.

Estamos hablando de uno de los deportes más globales del programa olímpico, y esa es otra de las causas de que logre captar tanta atención del público.

Ver un partido de voleibol olímpico significa vibrar en cada acción, gracias a las habilidades de superatletas que se elevan al máximo para ganar puntos en favor de sus selecciones.

A pesar de que los estadios de Tokio no contarán con la presencia de fanáticos, las transmisiones televisivas de todo el mundo le darán un espacio especial a los potentes remates y brutales bloqueos de una disciplina que con poco a apoyo comercial (en comparación con otros deportes de conjunto) se mantiene en lo más alto del ciclo olímpico.