Trabajadores del estadio de los Rams y Chargers trabajan con miedo de contraer el Coronavirus
Por Juan Pablo Aravena
Ni siquiera la pandemia del Coronavirus que azota a Estados Unidos ha detenido la construcción del Estadio SoFi, el futuro hogar de $5,000 millones de dólares que albergará a Los Angeles Rams y a Los Angeles Chargers de la NFL.
Se espera que el recinto abra sus puertas a fines de julio con un concierto de Taylor Swift pero, a pesar de las medidas de seguridad que se han tomado en Estados Unidos por el brote de Coronavirus, la construcción de este recinto continúa como si nada estuviera pasando.
"Si nuestra seguridad fuera lo más importante, no nos tendrían aquí", dijo un trabajador anónimo de la construcción junto antes de recibir noticias de que un trabajador había dado positivo por el virus. "Todos están hablando de eso, por lo que uno se no puede enfocar 100% en su trabajo. A veces sentimos que somos invisibles".
Durante el fin de semana, un trabajador no identificado dio positivo por COVID-19 y se dijo que otro también podría estar contagiado, pero se estima que cerca de 3.000 personas (carpinteros, operadores de grúas, electricistas, trabajadores de hierro, pintores y otros) siguen en la zona de trabajo. El temor de exponerse al virus en estos casos sigue latente.
"Si quieren terminar el estadio deben proporcionar algo para minimizar el riesgo de exponer a alguien", dijo un electricista. "No hace falta mucho para darse cuenta de cuán grande podría ser este problema. Todos están un poco nerviosos", dijo un segundo electricista, "pero necesitamos el dinero".
Ese es un dilema que los trabajadores de SoFi comparten con aquellos en proyectos en todo el país. El gobernador Gavin Newsom ordenó a los californianos a quedarse en casa para evitar la propagación del Coronavirus el 19 de marzo, pero, en una medida algo contradictoria, decretó que la construcción del Estadio SoFi, así como otros proyectos de construcción, están exentos de esta norma porque se consideran infraestructura "crítica".
La NFL no ha dado su opinión al respecto pero, al ser un tema gubernamental, no es mucho lo que pueda hacer para intentar frenar esta situación. Todo está en manos del Estado de California.