Las ventajas y desventajas de que los Yankees adquieran en un cambio a Vladimir Guerrero Jr.
Por Mariana Moreno
Una dolorosa derrota ante Boston, la cuarta en fila para los Yankees de Nueva York, volvió a poner en evidencia la obligación que tienen de acudir al mercado de cambios de MLB.
Desde hace un tiempo -y además de otros refuerzos- necesitan un primera base que sea solvente en la defensa y también ayude con la producción ofensiva, venida a menos desde que Giancarlo Stanton y Anthony Rizzo entraron en la lista de lesionados de Grandes Ligas.
Es por eso que muchas miradas han estado puestas sobre Vladimir Guerrero Jr., aunque en Toronto aseguren que no estará disponible para transferencias antes de la fecha límite. ¿Deben los Yankees intentar adquirirlo a pesar de todo?
¿Por qué los Yankees deben adquirir en un cambio a Vladimir Guerrero Jr.?
En el papel, el dominicano luce como el ideal para quedarse con la primera base del equipo de Aaron Boone: es un defensor que ha ganado un Guante de Oro, está en un gran momento ofensivo (suma 13 jonrones, 18 dobles, 50 remolcadas con average de .293 y .831 de OPS), su talento y potencial se pierde de vista con 25 años de edad y tiene jerarquía de estrella (tiene un Bate de Plata y tres invitaciones al All Star), una exigencia de los seguidores del conjunto del Bronx.
Por si fuera poco, no sería un jugador “de renta”. A Guerrero Jr. le queda un año de elegibilidad al arbitraje antes de ser agente libre, por lo que podría ser perfectamente el sustituto de Rizzo mientras Ben Rice completa su desarrollo o los Yankees toman otra decisión.
¿Por qué los Yankees no deben adquirir en un cambio a Vladimir Guerrero Jr.?
Dejemos a un lado el desagrado de Guerrero Jr. por los Yankees, pues ya declaró que, si bien no se retracta, entiende que esto es un negocio y como profesional daría lo mejor de sí si llega a Nueva York.
La desventaja de adquirir a Guerrero Jr. ahora es principalmente un tema de costos. Su salario de casi 20 millones aumentará para 2025, lo que es un peso adicional en las finanzas, sin contar con el sacrificio de prospectos que se verán obligados a entregar para poder tener al dominicano.