Giannis Antetokounmpo podría convertirse en el nombre más deseado del mercado si finalmente decide pedir a Milwaukee Bucks que lo traspase en pro de reforzar a una escuadra de mayor mercado, y talento, tal es el caso de Los Angeles Lakers.
Cuatro eliminaciones consecutivas antes de las Finales de Conferencia, incluyendo tres al hilo en primera ronda de playoffs, y sin señales claras de talento dentro la organización, han llevado al astro griego a comenzar a dudar de que en Wisconsin tengan el talento necesario para volver a competir por el campeonato.
En ese contexto, Los Angeles Lakers surgen como un destino natural por su historial ganador, mercado atractivo y la posibilidad de unir a Giannis con Luka Doncic, el teórico jugador franquicia de los de amarillo y púrpura.
Sin embargo, convencer a Milwaukee de desprenderse de quizás su mayor basquetbolista de la historia no será tarea fácil. Los Angeles tendría que poner sobre la mesa un paquete jugoso tanto a corto como a largo plazo; una combinación difícil de conseguir en el Crypto.com Arena, y que ubica a la afamada entidad por debajo en las apuestas de otras como Houston Rockets o San Antonio Spurs, quienes poseen un talento enorme a fin de entregar en un movimiento donde adquieran al doble MVP de la NBA o una luminaria similar.
Por consiguiente, la única oferta desde Lakers que podría convencer a Bucks incluiría a los ascendentes tiradores Austin Reaves y Dalton Knecht junto al ala-pívot Rui Hachimura y varias futuras selecciones del draft, con al menos una de primera ronda.
Además, Reaves está en disposición de romper su contrato en 2026, mismo año donde Hachimura probaría la agencia libre, motivo por el cual ambos activos de alta cotización deberían pactar un sign and trade (mínimo tres temporadas por condiciones laborales) si en Hollywood pretenden que Milwaukee de el visto bueno a la transacción y ceda los derechos de Antetokounmpo.
En definitiva, competir con Houston, San Antonio y franquicias del calibre de New York Knicks será una tarea titánica para el ejecutivo de los californianos, Rob Pelinka, en su deseo de quedarse con el Greek Freak.