¿Cómo quedó Omar Vizquel en la votación del Salón de la Fama de MLB de 2025?

Omar Vizquel ganó un poco de tiempo. El venezolano que maravilló con sus jugadas en el campocorto durante 24 temporadas de MLB consiguió los votos suficientes para que su nombre aparezca una vez más en las boletas para el Salón de la Fama.

El ganador de 11 Guantes de Oro en las Grandes Ligas sobrevivió a su octava nominación a Cooperstown, y aunque sigue teniendo oportunidad de soñar con su placa, ha visto descender el respaldo a su postulación.

Ya había debates sobre sus méritos para ser inmortalizado. El ex infielder vistió seis uniformes diferentes en su dilatada carrera por las mayores (Marineros de Seattle, Indios de Cleveland, Gigantes de San Francisco, Medias Blancas de Chicago, Rangers de Texas y Azulejos de Toronto) y aunque su talento defensivo siempre lo hizo protagonista, son sus números ofensivos los que generaban duda.

No obstante, coleccionó 2.877 hits, 1.445 carreras anotadas, 951 impulsadas y 404 bases robadas. Es tercero de todos los tiempos en asistencias como campocorto con 7.676 y lidera el ranking vitalicio de dobleplays entre torpederos con 1.734.

Más allá de ese debate, lo que ha pesado son los escándalos extradeportivos de 2020 y 2021 (una investigación por violencia doméstica y acusaciones de conducta sexual inapropiada con el bat boy de los Barones de Birmigham cuando era manager de la sucursal Doble A de los Medias Blancas) para que el respaldo a su postulación cayera.

En su primera aparición en las boletas para el Salón de la Fama, en 2018, recibió 37.0% de votos, una cifra que subió a 42.8% en 2019 y 52.6% en 2020. Tuvo 49.1% en 2021 y a partir de ahí empezó el declive: 23.9% en 2022, 19.5% en 2023 y 17.7% en 2024.

Su porcentaje de 2025 fue de 17.8%, con su nombre en 70 papeletas. Con eso se ganó el derecho a una novena nominación, pero el tiempo se acaba para Vizquel. Las reglas estableces un máximo de apariciones siempre y cuando reciba al menos 5% de votos.

Pero está muy lejos del 75% requerido para tener su placa en Cooperstown y a pesar de que ha ofrecido disculpas y aceptado su responsabilidad por los incidentes, no consigue ser perdonado por los cronistas del beisbol estadounidense y todo apunta a que se quedará corto por esta vía.

Tendría una nueva oportunidad después de 2027, cuando su  caso sea revisado por el Comité de la Era Contemporánea, pero con los problemas que enfrentó no hay ninguna seguridad de que sea redimido y llevado al Salón de la Fama.