EL RELEVISTA | David Ortiz hizo quedar mal a los detractores de los bateadores designados en el béisbol
Por Gonzalo Rodríguez Crespo
David Ortiz fue el único pelotero electo en el proceso del Salón de la Fama de 2022. Con una carrera en la que su posición principal fue la de la bateador designado, el dominicano resultó el único favorecido por los votantes de la BBWWA en una lista de opciones en las que estaban figuras como Roger Clemens, Barry Bonds, Curt Schilling, Scott Rolen y Sammy Sosa. Avalaron su entrada estadísticas como 541 jonrones, un slugging de .551 en más de 10.000 turnos y 2.472 hits en 2.408 partidos en 20 temporadas. El Big Papi fue un cultor del bateo, faceta del juego en le que fue un maestro y de la que por su dominio se valió para alcanzar estatus de estrella.
Muchas veces, cuando se habla de peloteros que han sido designados durante la mayor parte de su carrera, como fue el caso de Ortiz en las mayores, se argumenta que no son peloteros "completos". La mácula de ser titulares a medio tiempo -porque no salen al campo a defender como otros de sus compañeros- es utilizada a discreción por algunos analistas para no darles la misma jerarquía que otras estrellas del beísbol. Incluso los hay quienes no están muy convencidos sobre la idoneidad de incluir a los bateadores a "full time" en el llamado templo de la inmortalidad del béisbol.
Entonces, ¿Són legítimos o no los bateadores designados? ¿Puede ser considerado David Ortiz o Edgar Martínez -otros designado en el SDF- dignos de compartir lugar con Babe Ruth, Joe DiMaggio, Derek Jeter y compañía? La respuesta obvia (y fácil) es sí, y lo demuestra el hecho de que los dos tienen su placa en Cooperstown. Pero, la fundamentación puede ser más amplia con toda justicia.
Es el bateo un arte, una de las funciones más complicadas de dominar en una disciplina más mental que física como el béisbol. Piénselo bien, ser exitoso para darle con un palo a una pequeña esférica que, por lo general, viene a más de 100 kilómetros por hora hacia donde tú estas tiene que ser complicado, difícil, exigente de buenas manos y ojos. Además, súmele que hay que hacerlo en situaciones de presión, a lo interno y lo externo.
Entonces sí, los designados son atletas, y algunos de los mejores del béisbol. No pueden ser considerados menos que otros que salen a cubrir con un guante en el terreno. Lo que sí son es profesionales unidimensionales, que se destacan en una de las modalidades del juego y es preferible tenerlos solamente para ello.
Pero, en lo que saben hacer, bateadores como David Ortiz son de los mejores de la historia. Un dato, además, respalda esta afirmación. En sus años dorados con los Medias Rojas de Boston, un período que va de 2003 a 2007, el de Quisqueya fue candidato permanente para el premio MVP de la Liga Americana. Cierto es que no ganó nunca el premio, pero es que en esos cinco años siempre terminó entre los cinco mejores de la votación.
Emociones aparte, el Big Papi fue uno de los cinco mejores peloteros de su liga en ese lustro de la primera década del actual siglo. Estuvo por encima de muchos que salían todos los días a fildear y batear. Eso sí ser un pelotero "Salón de la Fama". ¡Chapeau, David!