Lakers no pueden hacer una limpieza de plantilla debido a los altos salarios de sus estrellas
Por Miguel Bonilla
Tras mucha expectativa a raíz de los movimientos de Los Angeles Lakers de cara al inicio de la temporada 2021-22 de la NBA, muy seguramente nadie pudo predecir que tras 17 juegos disputados estarían con marca negativa (8-9).
A pesar de que aún parece poco probable pensar que los Lakers se queden por fuera de la postemporada, está claro que hay muchas cosas que no están funcionando dentro de la plantilla dirigida por Frank Vogel, e incluso algunos fanáticos piensan en lo que podría ser una reconstrucción.
Las probabilidades de que esto suceda son prácticamente nulas, ya que más allá de que pretendan cambiar a Russell Westbrook y buena parte de su nómina, el mercado no parece muy favorable para ellos; más aún ante el pobre momento que muestran varios de sus jugadores.
Cualquier tipo de proyecto para reestructurar la plantilla se ve truncado con los $120 millones que tienen comprometidos con el Big Three conformado por LeBron James, Anthony Davis y Russell Westbrook. Partiendo del hecho de que el tope salarial de la liga está tasado sobre los $112 millones, se puede decir que cambiarlos sería casi imposible, ya que este trío tiene un valor superior a lo que se estima podría construirse un equipo en la liga.
Esto no cambiará al menos hasta la temporada 2023-24, ya que para la próxima campaña tendrán que pagar $130 millones en los sueldos de sus estrellas, manteniendo el panorama bastante complicado para sostener un equipo con alrededor de $35 millones para nueve jugadores más.
Ya no tienen en nómina a jugadores jóvenes bajo los que se pueda negociar o incluso basar un nuevo modelo, ya que sólo Talen Horton-Tucker y un Davis veterano podrían terminar teniendo impacto al mediano plazo, si es que logran mantenerse sanos.
Algunos sugieren que es una situación similar a la vivida con los Cleveland Cavaliers de la temporada 2017-18, cuando entregaron a Kyrie Irving e Isaiah Thomas a los Boston Celtics con el objetivo de limpiar la plantilla, sin embargo, hay dos grandes diferencias con este caso.
La primera es el hecho de que tanto Irving como Thomas eran jugadores que tenían todo para continuar siendo productivos, en especial Irving como una estrella aún joven. Además, está el hecho de que sus salarios podían adaptarse perfectamente al tope salarial de los Boston Celtics.
El panorama es muy complejo para la gerencia de los Lakers, y no hay un mañana para Rob Pelinka si el equipo se queda muy por debajo de lo esperado, ya que en sus manos estuvieron la mayor parte de las decisiones para construir la plantilla que hoy está decepcionando a todos su fanáticos.