¿Por qué Vladimir Guerrero Jr. es imprescindible para los Azulejos de Toronto?
Por Mariana Moreno
Los Azulejos de Toronto decidieron no renunciar a Vladimir Guerrero Jr. en la fecha límite de cambios de MLB y con ello dejaron pasar el momento en el que podían conseguir el mejor retorno posible por su estrella.
Al dominicano le queda una temporada de arbitraje en las Grandes Ligas antes de la agencia libre y siempre es posible que la gerencia cambie el plan y lo ponga en el mercado. Pero en este momento su posición es retenerlo y tiene mucha lógica, porque lo necesitan.
En la organización canadiense han hecho esfuerzos por armar un equipo ganador, uno que les dé satisfacciones en la postemporada. Los resultados no los han acompañado -en esta campaña han vivido una gran decepción y son últimos en el Este de la Liga Americana-, pero no se rinden. Harán un último intento y para eso es obligatorio que Guerrero Jr. esté en el lineup.
Los equipos que pretendían sumar al inicialista de 25 años de edad lamentaron saber que no estaba disponible. Era tal vez la mejor opción entre los inicialistas, un defensor con un Guante de Oro y también un bateador probado y con estatus de estrella, a pesar de que no ha sido tan regular como se esperaba.
Ahora mismo está en medio de un gran momento ofensivo, con 23 jonrones, 30 dobles, 76 carreras impulsadas y línea de .319, .391 .543 con OPS de .934. Ese despliegue podría darle su segundo Bate de Plata pero también es el principal argumento que lo hace indispensable para los planes de los Azulejos.
La gerencia de Toronto tendrá que hacer varios movimientos durante el receso de temporada, pero fueron inteligentes al asegurarse retener al dominicano: es la gran figura del equipo, la estrella que guía a la ofensiva y el líder del grupo. No hay manera de pensar en un proyecto ganador sin Guerrero Jr. y así lo entiende el ejecutivo Ross Atkins.
“Creemos en ellos”, dijo sobre el dominicano y Bo Bichette. “Creemos en su futuro y esperamos que haya una manera de que puedan jugar aquí durante mucho tiempo”. Estas palabras se interpretan como prólogo de lo que tanto ha esperado el quisqueyano: pronto puede venir su ansiada extensión de contrato.