Los Yankees de Nueva York perdieron fuerza en su condición de favoritos para repetir el banderín de la Liga Americana cuando se conoció de las lesiones de dos figuras clave, el as Gerrit Cole y el slugger Giancarlo Stanton, en la pretemporada de MLB.
A pesar de eso y de otras ausencias por problemas físicos, incluyendo las de varios lanzadores y la de DJ LeMahieu, que todavía no ha podido debutar en esta campaña de Grandes Ligas, se las han arreglado para estar a frente de su división.
Liderados por las extraordinarias campañas de Max Fried en la rotación, Fernando Cruz y Luke Weaver en el bullpen y el año histórico del capitán Aaron Judge (además de la gran revelación que ha significado Trent Grisham), los Yankees han salido adelante a pesar de que otros miembros del grupo no han podido rendir lo que se esperaba.
Se puede hacer una lista con las decepciones que han sufrido los Yankees tras un mes de temporada ya cumplido y comenzar subrayando que Anthony Volpe y Austin Wells necesitan mejorar, pero sobre todo es imperativo que Jasson Domínguez dé un paso al frente. De momento se han conformado con la mejoría defensiva del dominicano en el jardín izquierdo, pero sus números (.238/.330/.376, OPS de .707, apenas 2 jonrones, 8 dobles y 12 remolcadas) dejan mucho qué desear.
Tampoco le estaba yendo bien a Jazz Chisholm Jr. antes de que se lesionara. Se perderá entre cuatro y seis semanas por un desgarre en el oblicuo que genera muchas preocupaciones sobre el cuadro interior, pero antes ya era un dolor de cabeza por su bajo rendimiento ofensivo. El de Bahamas tiene average de .181 con 10 extrabases (7 jonrones) y 17 remolcadas, 6 bases robadas y una de las mayores cantidades de ponches en la Liga Americana con 39.
Pero hay dos jugadores que “compiten” por ser la mayor decepción de este inicio de temporada para los Yankees y son dos de las adquisiciones de alto impacto que hicieron en el receso de campaña: Devin Williams y Cody Bellinger.
La llegada de Bellinger fue festejada porque verlo con el uniforme a rayas era un viejo anhelo de los seguidores del equipo, que soñaban con ver al bateador zurdo conquistando el Yankee Stadium. No ha sido así y no ha podido convertirse en el gran socio de Judge.
Devin Williams has allowed 13 runs this season.
— Chris Kirschner (@ChrisKirschner) May 6, 2025
It's the same amount of runs he allowed in 2023 and 2024 combined.
13 runs is tied for the second most runs he's allowed in a season in his career. It's May.
Antes de la jornada de este miércoles el ganador del MVP, dos Bates de Plata y un Guante de Oro suma apenas 4 vuelacercas, 4 dobles, un triple y 19 remolcadas, con un muy bajo promedio de .205 y OPS de .640 y un salario de 27.5 millones de dólares. Estos números han llevado a algunos a especular con la posibilidad de que sea cambiado, sobre todo tomando en cuenta que tiene la opción de salirse de su contrato al final de la zafra.
La única razón por la que Bellinger no es la mayor desilusión para Nueva York es porque ha sido sólido en la defensa del jardín central y un par de atrapadas suyas han preservado triunfos importantes para el conjunto de Aaron Boone. En cambio, Williams no ha podido cumplir con la única función de ser un cerrador confiable por la que fue adquirido desde Milwaukee.
El derecho es un serpentinero de élite, ganador de dos premios al Relevista del Año, pero ha fracasado como taponero en el Bronx y fue apartado del rol. Su efectividad está en 10.03, la más alta en su carrera, sólo tiene cuatro juegos salvados en 14 apariciones y suma 13 ponches por 10 boletos en 11.2 entradas. Williams, que está en su último año de arbitraje antes de la agencia libre, también puede salir de Nueva York por la puerta trasera en las próximas semanas.