El nombre de Rafael Devers, la estrella de los Medias Rojas de Boston, ha estado en 2025 en los titulares de las noticias en los principales medios que siguen a MLB por diversas razones.
Una de ellas han sido los desencuentros públicos con su organización que ha protagonizado en un par de ocasiones desde la primavera. Primero fue su negativa a abandonar la tercera base en la pretemporada de Grandes Ligas por la llegada de Alex Bregman, y más tarde, cuando ya había superado su terrible comienzo ofensivo y estaba adaptado al rol de bateador designado, hubo otro impasse.
Esta vez, porque le pidieron mudarse a la primera base tras la lesión que sacó de la campaña a Triston Casas. Devers no tuvo filtros para dejar saber su molestia y la situación ameritó una reunión de emergencia con el propietario del equipo. No fue todo. También abrió la puerta a una nueva oleada de rumores que sería cambiado, un escenario que ya se había planteado en la primavera.
Hace tres semanas hubo una gran cantidad de rumores y especulaciones sobre el hipotético traspaso del dominicano de 28 años de edad. Se mencionó, incluso, a posibles interesados como los Rangers de Texas y a potenciales destinos como los Mets de Nueva York y los Dodgers de Los Angeles.
Nada de eso trascendió del plano del rumor, por supuesto. En Boston no han asomado ninguna intención de desprenderse de su principal estrella y mucho menos ahora que está encendido. Se ha convertido en el líder remolcador de la Liga Americana con 53 fletadas, tiene 12 jonrones y 17 dobles y sus promedios mejoraron a .285/.408/.511 con OPS de .918.
Aunque hubieran tenido el deseo de desvincularse de Devers no les habría resultado fácil. No sólo por el costo que esto tendría en términos de imagen y mercadeo, el golpe al equipo y la reacción de la afición. También hay razones financieras.
El jugador nacido en Sánchez está apenas en el segundo año de una extensión de contrato histórica para la franquicia, un acuerdo que le garantiza recibir $313.5 millones por 10 temporadas, un monto que no está al alcance de cualquier conjunto por no hablar del retorno que implicaría la negociación.
De momento, las aguas se han calmado y ya no se escucha del tema. Pero en la medida en la que los patirrojos se alejen de los puestos de clasificación a los playoffs y se agrave la crisis podría volver a surgir.